viernes, noviembre 18, 2005

El mejor Calamaro de todos los tiempos ‘regresa’ a Barcelona (Barcelona 17/11/2005)


Pocos espacios vacíos quedaban en el Palau Sant Jordi cuando, a las 21:45 h., Andrés Calamaro salía a escena para tocar las primeras notas del tema de Rubén Blades “El cantante”. De pie, detrás de su teclado engalanado con una bufanda futbolera de Loquillo, y acompañado de la banda argentina “Bersuit”, Calamaro comenzaba su concierto con un bloque de canciones compuesto por algunos temas nunca antes tocados en directo, otros no muy habituales en sus pasadas giras y algunos clásicos del repertorio calamariano. “El cantante”, “El salmón”, “Te quiero igual”, “Clonazepán y circo”, “Tuyo siempre”, “Las oportunidades”, “Los aviones”, “Crímenes perfectos”, "Loco", "Vigilante medio argentino" y “La libertad”, se fueron sucediendo sin apenas descanso entre uno y otro, haciendo enloquecer a los más de 10.000 espectadores allí presentes.

La primera sorpresa de la noche fue la presencia del maestro Niño Josele tocando la guitarra española, en un segundo bloque donde, mano a mano con Andrés, interpretarían los tangos “Por una cabeza” de Carlos Gardel y “Sur”. El Niño Josele se despediría con “Estadio Azteca”, uno de los temas más aclamados de la noche, ya con toda la banda en el escenario.

A continuación sería Ariel Rot el que subiría al escenario para ponerle guitarra a “Me estás atrapando otra vez” y “Para no olvidar”, dos temas de Los Rodríguez, la banda que fundara junto a Andrés Calamaro allá por 1990. Posteriormente, ambos rindieron homenaje al desaparecido músico argentino Papo con su blues “Desconfío”. La presencia de Ariel Rot fue todo un regalo para los allí presentes.

El concierto finalizó con un último bloque (con dos amagos de final) en el que pudieron escucharse algunos de los temas ya clásicos de Andrés Calamaro como "Nos volveremos a ver", “Media Verónica”, “No se puede vivir del amor”, "Ok, perdón", “Alta suciedad”, “Flaca” y “Paloma”. Cuando parecía que el concierto ya había llegado a su fin, aún hubo tiempo de que volviera al escenario Ariel Rot para cerrar el show con los clásicos de Los Rodríguez “Mi enfermedad” y “Sin documentos”. Eran las 23:45h. cuando se encendieron las luces del Sant Jordi.

En todo momento se vio a un Andrés Calamaro fresco, musicalmente en forma, de buen humor, de buen aspecto, lúcido, sin encender un solo porro en toda la noche ni ponerse las gafas de sol, muy alejado de aquellas actuaciones de las giras “Alta suciedad” y “Honestidad brutal” donde nunca sabías qué te esperaba si asistías a uno de sus conciertos. Se le notó tremendamente emocionado y agradecido con la banda, con los invitados y con todo el “Staff” técnico. Hizo mención especial a su novia, agradeciéndole el haber hecho posible su regreso. También hubo espacio para las dedicatorias a los ausentes como los recientemente fallecidos Papo y Kike Turmix, y el nunca olvidado Julián Infante. Andrés agradeció también al público de Barcelona su gran acogida con algunas palabras en catalán, definiendo a la Ciudad Condal como "un templo donde escuchar buena música”, en la que siempre es un placer pasear por sus calles y de la cual le encanta su comida y en particular la calidad de su “peix” (pescado en catalán).

En resumidas cuentas fue un concierto plagado de emoción, positivismo y buena música puesta en escena de una forma inimaginable para alguien que llevaba seis años sin pisar un escenario. A pesar de que hubiera gente que pensara que tocar en el Sant Jordi; lugar donde ha tocado gente de la talla de Metallica, R.E.M., Bruce Springsteen o Queen; era una locura para un artista como Andrés Calamaro, allí no cabía ni un alma. Por algo será. Sin duda alguna todos los fieles seguidores de Andrés Calamaro esperamos continuidad en esta nueva etapa de su carrera musical. Larga vida a Andrés Calamaro.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)