jueves, mayo 26, 2005

R.E.M. & Roll en el nuevo los Cármenes (Granada 25/05/2005)


La expectación creada en torno al concierto de R.E.M. en Granada era inusitada por varios motivos: se trata de una banda totémica que lleva más de veinticinco años en esto de la música y -lo chocante- sin hacer concesiones comerciales, aterrizando en la ciudad de la Alhambra como única fecha andaluza y teniendo que bregar con una abrumante persecución mediática. Además suponía el primer concierto de rock en el Nuevo Estadio Los Cármenes, que antes sólo había albergado recitales endémicos de Alejandro Sanz y Operación Triunfo. El elevado precio de la entrada y la amplitud del recinto quizá hayan sido las causas de que algunos extremos del graderío lucieran deshabitados. Sin embargo, lo que anoche presenciaron los granadinos fue un espectáculo difícilmente repetible.

Tras el paso de una calurosa tarde, entre el previo discreto con los teloneros Fábula, irrumpieron en el diáfano escenario Peter Buck, Mike Mills -arropados por los ya veteranos músicos de apoyo Ken Stringfellow, miembro de The Posies y productor de la banda local Cecilia Ann, y Scott McCaughey, de The Minus Five- junto a la reciente incorporación del ex batería de Ministry, Bill Rieflin. En último lugar apareció Michael Stipe, enfundado en traje oscuro y corbata, con media cara pintada. La excentricidad tomaba posición.

R.E.M. no venían dispuestos a desplegar un discurso musical previsible, plagado de ‘singles’, y lo dejaron claro abriendo con “Leave”, canción del malogrado “New adventures in Hi-Fi”, que en nueve años de existencia jamás habían interpretado en directo. No se equivocaba Stipe cuando a su llegada a Granada afirmaba “tengo la sensación de que será un concierto potente”. Y es que las guitarras eléctricas de Buck soportaron el peso de una parranda sonora que jugó al despiste en todo momento: “So fast, so numb” de la obra mencionada, “Me in honey” (cierre del esencial “Out of time”, intacta desde hacía diez años) o el rescate de la olvidada perla del pasado “World leader pretend”. A nadie le importaba reconocer o no cada tema, porque todo sonaba a pieza importante, a himno potencial. Cualquier cosa cantada por Michael Stipe se convierte en una bella letanía.

El otro grueso del concierto fue el último trabajo de la banda de Athens. “Around the sun” es un disco realizado por la urgencia de desbancar a Bush de la presidencia de EEUU, lo que confirió seriedad cuando las cámaras apuntaron al texto de “I wanted to be wrong” o el sentimiento ‘folkie’ impregnaba “Final straw”.

Antes de llegar a los bises Stipe no dejó de declamar uno de sus temas favoritos: “Walk Unafraid” (cuyos versos iniciales fueron compuestos por el líder de U2, Bono). Y en el pertinente amago de clausura, la razón por la que muchos habían pagado el precio de la entrada: “Losing my religion”. Pocas veces la gente pide “otra” con tanto fervor, rara vez vuelven todos a casa con una sonrisa en el rostro.

Rock & Roll animal

Esta etiqueta que Lou Reed apostilló en forma de disco sirve para definir al ‘front-man’ Michael Stipe. El tímido universitario que en su día estudiaba Arte se torna en voraz estrella cuando pisa el escenario. Una teatralidad escénica curtida a lo largo de más de dos décadas de tablas, llegando a ‘merendarse’ al público con antojo mediante poses, miradas y bailes extravagantes. Así es Mike, un escuálido cuarentón de cráneo rasurado capaz de conducir emocionalmente todo un estadio de almas.

Eduardo Tébar

miércoles, mayo 25, 2005

Programación de "La Caja de Música" (25/05/2005)


Este miércoles en La Caja de Música, a partir de las 22 h:

ESPECIAL R.E.M.

- Con motivo del concierto de la banda norteamericana en Granada, esta noche en La Caja de Música dedicamos dos horas a repasar disco a disco la trayectoria de Michael Stipe y compañía.

- Si alguna vez te has querido acercar a la música de R.E.M. y no has sabido por dónde empezar no te pierdas este programa. Arrancaremos en 1981 y acabaremos en el Nuevo Estadio Los Cármenes.

- El equipo del programa acudirá al concierto y os contaremos lo acontecido en la próxima entrega de La Caja de Música.

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Eduardo Tébar

martes, mayo 24, 2005

Pájaros en la cabeza (Amaral) -2005-


La prueba de fuego para todo músico que ha hecho un disco de éxito, multiventas y multilaureado, está en su siguiente lanzamiento. Tras “Estrella de mar”; disco que recibiera cinco galardones de los Premios de la Música Española 2003 y hasta un premio MTV Latino, por no hablar de las buenas críticas recibidas por parte de la prensa; Amaral publican “Pájaros en la cabeza”.

Cuando alguien que conoce y sigue la carrera musical de Amaral escucha “Pájaros en la cabeza”, tiene la sensación de no estar escuchando un nuevo disco de Amaral, es como si ya lo hubiera escuchado con anterioridad. Este hecho no sé si es un punto negativo o un punto positivo. A mi entender, un grupo que tiene un estilo y le funciona no tienen porque dar un giro de 180º de manera radical si este cambio no es a mejor. Cambiar a mejor es mejorar, cambiar por cambiar es tocar los cojones. En el caso de Amaral son mínimas las novedades que aportan en “Pájaros en la cabeza” con respecto a sus anteriores trabajos.

Bajo mi punto de vista, el disco comienza con dos de los mejores temas de toda la carrera del dúo aragonés: “Universo sobre mí“ y “Días de verano“, siendo el resto temas bastantes normales tanto musical como líricamente. La novedad más relevante del disco es el uso y el abuso de una orquesta de cuerdas que acompaña en la mayoría de las canciones a las guitarras limpias y sencillas (o simples) de Juan Aguirre en la labor de poner música a la excepcional voz de Eva Amaral. Por lo demás es un disco 100% Amaral: música muy básica, estilos musicales diversos interpretados en clave de pop, letras personales en las que Eva deja en cueros a sus sentimientos y sus vivencias (siempre mirando al pasado... ¿será la edad?...), etc. Salvo algunas excepciones como algún tema reivindicativo, la colaboración de Antonio Vega y del cantaor flamenco Enrique Morente, y hasta algún rock con ganancia en la guitarra de Juan Aguirre, “Pájaros en la cabeza” son simplemente 14 temas más de Amaral para la colección.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

lunes, mayo 23, 2005

Una noche con Panero (Barcelona 09/03/2005)


Entre semana, en plena época de exámenes, me vienen a decir que hay un concierto de presentación del libro disco de Panero… entrada de guay y por la cara.

El sitio era la Paloma, con un ambiente muy logrado, con carpas, alfombras por el suelo y mucho humo… de velas… El jambo que nos dio la bienvenida estaría hasta los huevos de llevar el turbante porque arrastraba una cara de mala leche impresionante. Si hubiera sido por mi me hubiera quedado en el suelo, encima de una alfombra a intentar levitar con el humo que salía del suelo… pero subimos al primer piso detrás de Chus (bendito sea) y acabamos compartiendo mesa ( y vela) con dos personajes… Un músico a la espera de suerte, y el ex-representante de Rebeca…

Pasaron un documental sobre un día con Panero, subtitulando a Panero…que hablaba castellano, pero a su manera… Cuando acabó me empecé a arrepentir de haber ido, el disco tampoco me había encantado, y me daba la sensación de que me iba a aburrir soberanamente…

La presentación del concierto acabó con algo así “olvídense de Bunbury, Ann, Galindo y Ponce, porque no han venido… hoy actuarán Enrique, Carlos, Bruno y Jose Mª…” y tenía razón. Abrió el concierto Bunbury con (para mí de las mejores canciones del disco) Peter Punk… siguieron canciones, poemas recitados por Ponce, música electrónica… Todavía se me cae la baba cuando veo a Carlos Ann cantando y a Bunbury haciéndole coros con un megáfono… No había ningún protagonista… todos se necesitaban unos a otros, aunque la más necesitada era la botella de JB… que tenía lugar vitalicio en la mesita del escenario. Ann era el más implicado, en casi todas las canciones estaba por detrás del cantante, metiendo efectos, extasiado, sudando… claro, con esa chaqueta (…)

El tiempo iba pasando, las canciones se hacían cortas, Panero subía demasiado al escenario… todavía no me explico como podía mantener en equilibrio un cartón de Marlboro, el cenicero y poder sujetarse el cigarro eterno mientras pasaba hojas del atril.

Y acabó. Con los ojos irritados del humo miré a Chus y mientras me secaba la baba nos preguntaba si nos había gustado… ¿sí? Pues bajamos, a ver si podemos entrar… nos despedimos de los dos personajes (más majos que pá qué) y volvimos a seguir a Chus… él sabría donde iba… y tanto si lo sabía…ale, delante de los camerinos nos dejó. Sale Ann con los ojos más rojos que yo y abraza a Chus… yo flipando. “Pero, ¿qué hacéis aquí? Subid, hombre…”. Chus nos mira (servidora y la gran hija de puta de mi lado, la que me consiguió la entrada, teníamos los ojos como platos)... “Oye Carlos, que ellas (nos señala) querían conocer a Bunbury”… yo pensando… ”oye, que conociendo a Carlos también estoy satisfecha”.

Bueno, el caso es que acabamos entre camerinos y gente yendo a todos lados, el señor Panero me aplastó con una pared delante del camerino de Bunbury… y ahí nos quedamos, parados como idiotas… mirando como Bunbury se hacía un porrito con la botella de JB entre las piernas, tenía su técnica. Chus hablando con todos de precios de amplificadores, Panero paseándose con el cenicero… pa flipar.

Chus (buenazo) salió y dijo que lo sentía… que no podíamos pasar… ya ves tú, estábamos al lado de la puerta abierta del camerino.

En fín, un placer.

Marta Núñez

domingo, mayo 22, 2005

Erró, retrospectiva 1958-2004


El artista islandés Gundmundur Gudmundsson, pseudo-apodado Erró nos presenta su obra en formato de retrospectiva, desde la 2ª mitad del pasado siglo hasta prácticamente ayer. Un formato inédito en España pero ya conocido en París, Estocolmo o Nueva York.

Sorprende gratamente encontrar una exposición con obras formadas tanto por telas como por collages, siendo mayoritariamente de las primeras. La obra de Erró se enmarca en la tendencia tildada de Figuración Narrativa o Nueva Figuración que consiste en exponer una visión crítica, irónica y algo surrealista de la realidad, la que le ha tocado vivir al artista, el final del siglo XIX.

Como confiesa el autor, su forma de trabajo consiste en la acumulación de información proveniente de multitud de actividades artísticas, culturales y políticas. Esta información la injerta en sus cuadros mostrando los aspectos más incongruentes, incoherentes, irónicos, objetivos y contradictorios de la realidad de final del siglo y la actualidad.

Erró intenta que el espectador se cuestione tanto hábitos como el modelo de vida que mantiene nuestra sociedad, basada en el progreso constante y en la hegemonía del poder económico. Lo cierto es que a su obra se puede acercar cualquiera y captar, fácilmente, el mensaje de al obra. Utilizando desde vídeos, cómics de Mortadela y Filemón, el erotismo y un juego visual muy atractivo, logra una exposición divertida, entretenida y reflexiva.

Hugo Nuño

miércoles, mayo 18, 2005

Programación de "La Caja de Música" 18/05/2005


Este miércoles en La Caja de Música, a partir de las 22 h:

- En la resaca de conciertos, nos seguiremos acordando de LOS PLANETAS y BUNBURY.

- Caerá algo del nuevo lanzamiento de VAN MORRISON.

- Hablaremos con CRASHED, banda granadina participante en el Bellotarock ’05 de Albolote.

- ‘El Retrato del Jazz’ estará dedicado al Jazz de los años 30 y 40: Dizzy Gillespie, Charlie Parker...

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Eduardo Tébar

domingo, mayo 15, 2005

El vuelo del Fénix (John Moore) -2004-


Es una vergüenza que este tipo de bazofias cinematográficas puedan llegar a los cines españoles. Es una vergüenza que una película cueste lo mismo ir a verla al cine o alquilarla en un videoclub, sea buena o sea mala, haya costado mucho hacerla o haya costado poco. Menos mal que a mí personalmente no me ha costado nada ver “El vuelo del Fénix” (no diré públicamente la manera), pero no deja de ser una vergüenza que haya sido anunciada por televisión y que su cartel haya estado colgado más de dos días en marquesinas de autobuses y estaciones de trenes españolas. Al que haga cola para ver una película como esta, más que hacerle pagar entrada se le tendría que hacer pagar multa. Pero bueno, centrémonos en el film.

“El vuelo del Fénix” es la típica película de naufragio aéreo en la que una vez ocurrido el accidente y haber superado exitosamente el aterrizaje forzoso (no sin que antes haya muerto algún miembro de la tripulación), los personajes quedan aislados en un medio natural prácticamente virgen, en el que no funcionan radios ni hay vida humana en muchísimos kilómetros a la redonda. En este caso toda la plantilla de rudos trabajadores norteamericanos (of course) de una explotación petrolífera, naufraga en el desierto del Gobi, en Mongolia. Si en vez de una plantilla de trabajadores de una planta petrolífera y en medio de un desierto de Asia, lo cambiamos por la plantilla de un equipo de rugby en medio de los Andes, obtendremos que en vez de “El vuelo del Fénix” la película se llama “¡Viven!”... Sólo que en el segundo caso el guión está basado en hechos reales y en el primero debe de estar basado en una redacción escrita en el colegio el día de Sant Jordi por algún alumno de segundo curso de educación primaria, adornada con algunos topicazos estadounidenses... El desenlace final no lo voy a contar pero bueno, desde que comienza la película cualquiera se lo puede imaginar. También hay que decir que es un “re-make” de la película homónima dirigida por Robert Aldrich y protagonizada por James Steward en 1965. No he tenido el placer de poder ver la palícula original pero me apostaría mi miembro viril a que es menos ridícula y sonrojante que la nueva versión de 2004. Como casi siempre...

Por lo que respecta a la interpretación de los actores protagonistas, decir que a Miranda Otto se le da mejor montar a caballo por las praderas de Rohan y luchar en los Campos de Pelenor contra el Rey Brujo de Agmar, que interpretar a la propietaria de una planta petrolífera. En cuanto a Dennis Quaid tampoco se le pueden pedir peras al olmo, ya que con esa cara de palo pocas cosas diferentes a esto podrá hacer en el cine.

Lo dicho, una vergüenza de película que no hace más que dar motivos a todos aquellos ignorantes cinematográficos que critican el cine americano en contraposición con el europeo. “El vuelo del Fénix” no es cine americano, es cine basura (como los hay en todos los sitios del planeta). Para mí cine americano es “Ben-Hur”, “La Guerra de las Galaxias”, “Lo que el viento se llevó”, “Casablanca”, etc. Esta mierda no puede ser tratada con el mismo término que todas estas obras de arte que acabo de nombrar.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

La intérprete (Sydney Pollack) -2004-


Silvia Broome (Nicole Kidman) es una particular intérprete trabajando en la sede neoyorkina de la ONU. Su pasión por la música folklórica de un país africano (en la vida real imaginario), Mubata, la inmiscuirá involuntariamente en un peligro inminente. El lugar, el momento, la persona y el susurro inadecuado son muy peligrosos para la salud de quien lo vive, ve o escucha. Silvia oye y ve algo que no debe y se ve obligada a denunciarlo, con lo cual entrará de lleno en una trama de conspiraciones. Entra en juego Tobin Keller, un agente federal, (Sean Penn) que sin obligación de hacerlo, acabará protegiéndola. Familia, mentiras, tensión, asesinatos e intereses políticos en un guión enrevesado en el pasado de la protagonista y mezclado con la triste “pasión” del terrorismo, confabulaciones y conspiraciones. Todo este aderezo da como resultado un entretenido e intrigante film que como mínimo no deja flemático al espectador, porque eso sí, el espectador se mantiene tenso y en suspense hasta prácticamente el final. Aquellos que vayan atando cabos, lograrán obtener anticipadamente el final.

Nicole Kidman, metida en el ya suyo, rol de mujer fría y de caparazón macizo, si no borda al menos cose muy bien la escenificación personal del miedo escénico y de la ansiedad personificada en todo aquel que estuviera en su lugar. Por supuesto sin perder un gramo de elegancia y clase, para el deleite del espectador. Sean Penn, un hombre hundido, aunque igual de consistente, acaba de recibir un duro golpe, aunque mejor dos. El último de ellos topar con una mujer sencillamente atractiva, misteriosa, inteligente y peligrosa, casi nada. Como no pudiera ser de otra forma hay roce, y donde hay roce hay como mínimo amor y amistad.

Si algo ha sabido llevar bien el laureado director de suspense Sydney Pollack (La Tapadera, Eyes Wide Shut, El Talento de Mr Ripley, Cold Mountain…) es trasladar bien a la pantalla la emoción de la tensión contenida, la angustia y la intriga, sin por ello caer en los típicos banalismos ni predecibles escenas, aunque apoyado en algunas escenas intimistas de la protagonista. Es también de agradecer que uno de los mayores directores de intriga y suspense haya sabido mezclar un romance que se podría calificar de lógico y creíble en las situaciones en que se desarrollan el film.

Bien, un film de intriga y con un argumento sustancioso que no deja decepcionado al salir de la sala, sin que esto suponga que sea un film excelente. Sencillo pero bien llevado; un proyecto basado en su mayoría en un guión firme y sin fisuras, (exceptuando las lógicas invenciones geográficas) con unos personajes bien representados. Disfrutadla, la película claro.

Como detalle, destacar que en la película observamos las primeras escenas grabadas del centro de operaciones de la ONU.

Hugo Nuño

sábado, mayo 14, 2005

Concierto heroico de Bunbury (Granada 13/05/2005)


Enrique Bunbury repetía anoche en Granada tras su glorioso paso por el Palacio de Congresos el pasado mes de julio. En esta ocasión el espectáculo tenía lugar en un carpódromo auspiciado por Movistar, provisto a modo de discoteca desmontable y lejano a la iconografía circense y opulenta que tanto le gusta al zaragozano.

Con una escueta disposición visual y de efectos luminosos, sin ambages apabullantes como los acordes de Nino Rota, y el único anticipo de Reverend Horton Heat en la megafonía, todos los caminos llevaban al mismo sitio: “se trata de ubicar el show del rock n’ roll en un recinto personalizado”, apuntaba Bunbury el día anterior. Y así fue, Enrique y su banda de ocho músicos, El Huracán Ambulante, irrumpieron en el escenario con “El club de los imposibles” dejando claro que sólo allí estaba la exhibición.

“El viaje a ninguna parte” es el título de la novela y película de Fernando Fernán Gómez, pero también del último disco de Bunbury. Una reivindicación del artista de oficio relatada a través del periplo musical que va desde Argentina o Perú, pasando por el Caribe y que llega hasta Nueva Orleans. Así es el universo del cantante maño y así desarrolló su concierto, trasladándose a EEUU en “Que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha”, al mediterráneo en la revisión de “Desmejorado” (tema que compuso para Raphael) y reponiendo fuerzas en la Plaza de Garibaldi mexicana con “Y al final”. No faltaron las invariables del cancionero, como “Alicia”, “Salomé” o “El extranjero”, que subsisten a las mutaciones sonoras del autor.

Sorpresa

La sombra de Héroes del Silencio tuvo una especial presencia cuando Bunbury preguntó a los asistentes “¿Dónde estaban ustedes hace doce años? Yo me encontraba con Pedro Andreu, Juan Valdivia y Joaquín Cardiel grabando en el estudio de Phil Manzanera”. Y ante el asombro de todos, apareció en el escenario el que fuera guitarrista de Roxy Music y productor de la banda española más internacional. Tocaron “Apuesta por el rock n’ roll”, versión de Más Birras que Héroes del Silencio grabaron en las sesiones de “El espíritu del vino”. Phil Manzanera defendió con una guitarra de ‘jazzero’ el solo que en su día registró Juan Valdivia. Después el abrazo entre ambos: la imagen de la velada.

Pero la huella heroica persistió con los ademanes pugilísticos de “Iberia sumergida” y, sobre todo, cuando en clave de piano bar Bunbury regaló un popurrí formado por “Deshacer el mundo” y “La chispa adecuada”.

Bunbury entregado

Cuatro fueron los bises realizados por Enrique Bunbury, ante más de 2.000 personas que pedían reiteradamente su incorporación al escenario. La entrega del músico fue plena, en un afán compartido con el público por la satisfacción al interpretar “El jinete”, ranchera de Jose Alfredo Jiménez convertida desde hace unos años en un himno rock del repertorio, “Infinito”, ahora revestida de mariachi, o dos de los cortes más excelsos del último trabajo: “El rescate” y el colofón con “Canto”.

Eduardo Tébar

miércoles, mayo 11, 2005

Programación de "La Caja de Música" 11/05/2005


Este miércoles en La Caja de Música, a partir de las 22 h:

- Nos preparamos para un fin de semana repleto de conciertazos. El viernes llegan a Granada AUSTRALIAN BLONDE, pero antes nos contarán algunas cosas desde el otro lado del hilo telefónico.

- Calentamos motores antes del concierto de BUNBURY: emitiremos nuestro encuentro con él en la jornada de hoy, repitiendo Jorge Oliva (Indyrock y Los 40) y Jesualdo Jiménez de Cisneros (Bunburyclub) en los comentarios.

- Por si fuera poco, LOS PLANETAS tocan el sábado en Granada, después de más de 2 años.

- El Retrato del Jazz estará dedicado a Charlie Parker.

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Eduardo Tébar

domingo, mayo 08, 2005

G3 Live - Rockin' n the free world (Joe Satriani, Steve Vai y Yngwie Malmsteen) -2004-


G3 es un proyecto liderado por Joe Satriani y Steve Vai con el que, junto a un tercer guitarrista, una vez cada dos años aproximadamente se embarcan en una gira mundial con la guitarra por bandera. El tercer guitarrista que da nombre al proyecto (G3 de Guitar 3 evidentemente) ha ido variando a lo largo de los años entre Eric Johnson, Yngwie Malmsteen y recientemente John Petrutci. “G3 Live - Rockin' in the free world” es un disco en directo publicado en el año 2004 que recoge temas registrados el 21 de Octubre de 2003 en “The Uptown Theater”, Kansas City. En este caso el eterno Yngwie Malmsteen es el tercer guitarrista que acompaña a Satriani y Vai.

Nunca me han atraído los discos de guitarristas mecánicamente virtuosos porque los encuentro excesivamente fríos y con muy poca alma, limitándose a tocar más rápidos que nadie pero sin que ninguno de sus temas te muevan ni una pizca el corazón. De hecho, jamás en mi vida he escuchado un disco de Joe Satriani ni de Steve Vai completo porque al tercer corte acabo con la cabeza como un bombo y oigo guitarras eléctricas durante tres días y tres noches seguidos por cualquier sitio que vaya... pero bueno, tenía curiosidad por escuchar un disco de tres supervirtuosos de la guitarra y encima en directo, sólo por el morbo de “ver quién la tiene más larga”.

“G3 Live - Rockin' in the free world” está compuesto por dos discos. El primero de ellos comienza con cinco temas de Joe Satriani, le siguen tres de Steve Vai y finaliza con otros cinco de Yngwie Malmsteen, entre los cuales se atreve a versionar el mítico tema de Jimi Hendrix “Red House”. El segundo disco son únicamente tres temas donde se juntan a tocar Satriani, Vai y Malmsteen a la vez, lo cual tiene de entretenido (por llamarlo de alguna manera) el intentar averiguar quien toca cada parte.

En general es un disco aburrido, machacón, taladrante y de difícil segunda escucha. Sí, vale, tocan los tres de una manera que ni la diosa hindú Vishnú con sus cuatro brazos podría tocar así; Satriani (que por cierto, no me extraña que se ponga gafas de sol y gorro con lo feo que es el cabrón de él) incluso toca la armónica a la vez que hace un solo de guitarra; pero donde se ponga un Slash, un Jimi Hendrix, un Mark Knopfler, un Jimmy Page o un Juan Valdivia con sus melodías y su sentimiento, que se quiten los guitarristas más veloces del mundo. Cuando quiera velocidad me pondré a ver carreras de Dani Pedrosa.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

sábado, mayo 07, 2005

Coleccionismo discográfico


Cada vez que compro un disco apago una ilusión

Yo soy coleccionista de discos. De discos en todos sus formatos. O mejor dicho, de productos musicales grabados en cualquier formato de reproducción, que así es cómo se inscriben ahora este tipo de ventas a través de notarías con escrituras en los registros mercantiles. Y la verdad es que me da igual el formato a la hora de “tener”; sin embargo a la hora de comprar siempre prefiero el vinilo, mucho más atractivo; de igual forma que a la hora de escuchar siempre prefiero el Cd e incluso apurando el mp3, mucho más cómodo.

Recuerdo mi primer disco, algo inolvidable por cierto. Fue por supuesto un vinilo de los dorados años ochenta. Se trataba de Kiss, de su Killers, un recopilatorio de 1982 que aglutinaba varios buenos momentos de la banda en la última década. Me impactó la portada. Solamente los conocía de oídas, de algunas revistas o cortes mínimos de radio que en los que ya se empezaban a dejar sentir con más profundidad los primeros apuntes del rock duro en este país, muy aletargado gracias a nuestro queridísimo Tito Paco. Pues lo dicho, me gustó su portada y sólo por eso me compré el disco. ¡Qué cosas!. Y mira que me ha pasado veces eso a lo largo de mi vida. Entre mucha pelusa que anda alrededor del coleccionismo discográfico se encuentra el hecho de comprar discos sólo por la portada. Este aspecto que puede parecer una memez, y que en realidad puede que lo sea, no sé, se ha perdido mucho con la entrada en vigor del formato Cd. Mirad cualquier disco en formato Cd con portada mala o poco vistosa y miradlo si existe en vinilo con su portada satinada o mate, según sea el caso, y su vinilo de 180 gramos con encarte interior. Cambia. Cambia una barbaridad. Sin embargo la música es la misma.

¿Por qué coleccionamos discos y no sellos?. Pues en mi caso porque el disco lo puedo oír, aparte de ver, sentir y disfrutar mirándolo. ¿Y esto es mejor que coleccionar sellos?. Pues no, es lo mismo. ¿Lo mismo?. Si, lo mismo. Tengo varios, digo varios, decenas, de discos con portadas diferentes y con la misma música dentro. Es lo mismo que un sello pero más grande. También tengo discos que aún no he oído porque no tengo tiempo y ya están comprados. Pues eso, que casi como los sellos.

La compra del disco, así como su consecución, varía en función del grupo, del interés por el mismo, del dinero, del momento del día, la semana, el mes y el año que sea. Sienta bien comprar discos los sábados por la mañana, a las diez de la mañana. Nada más abrir y con tiempo por delante para escoger, sin prisas y sin nada que hacer en toda la mañana. Gusta también comprar discos un lunes, cuando menos te lo esperas, a las ocho de la tarde, nada más empezar la semana. Agosto se perfila como un mes principal para comprar discos de colección (en realidad cualquier disco es de colección). Agosto es pesado, caluroso, sólo con trofeos pachangueros de verano, sin tour, sin esencia, vamos. No me gusta la playa ni el campo con treinta y tantos grados. Es un buen mes para comprar discos y evadirte del tórrido verano. Casi nadie por las tiendas de las ciudades no costeras. No suele haber novedades discográficas, por tanto, puedes dedicarte a lo antiguo, a ese grupo que dicen que sacó buenos discos, pero que aún no has oído, etc… A partir de aquí ponemos en marcha la imaginación y cada uno.

Se pueden coleccionar discos en general, desde King Africa a Inmortal, desde Yazoo a Bad F Line..., y/o se pueden coleccionar discos de un conjunto musical o de varios en concreto. De entre los más, sorprendámonos: Rolling Stones, Beatles, Iron Maiden, Pearl Jam, y… Héroes del Silencio. Sí, está entre los cinco grupos que más se coleccionan en el 2004 según una revista inglesa de coleccionismo discográfico. Cifras astronómicas: Primeros singles promocionales de los Rolling en 7” de edición americana (2000 dolares) o incluso algún disco de oro suyo de regalo a estaciones de radio y productores ajenos a ese disco. Determinadas ediciones de Europa del Este de determinados discos de los Beatles (1500 €), Promocionales “sin portada” de los Maiden (curioso esto último) 800 €, algún disco de Atila, sobre todo el primero, y así hasta discos que se regalan. Hablamos de discos, no de lo que rodea al disco, tipo carpetas promocionales, regalos añadidos,etc…

¿En definitiva, coleccionar discos es algo sorprendente. Nunca acaba. No deja de ser curioso. ¿Qué hace coleccionar discos?. Sinceramente, no lo sé.

Jesús Cabezas (Noko)

viernes, mayo 06, 2005

El Cantante (Andrés Calamaro) -2004-


Primer disco de la nueva etapa de Andrés Calamaro. Después de haberse quedado a gusto soltando lastre y quitándose de encima 106 canciones de un tirón con su anterior trabajo “El Salmón”, Calamaro se mete en un estudio con el guitarrista Niño Josele y publica cinco años después “El Cantante”. "El Cantante" es un disco de únicamente doce temas (lo normal en cualquier artista que no se llame Andrés Calamaro) entre los cuales sólo aparecen dos temas propios, siendo el resto versiones de temas clásicos de la música latinoamericana.

Siempre he sido de la opinión que todos los artistas deberían de hacer en algún momento de su carrera discográfica un disco homenaje a las bandas que los han influido musicalmente, como en su día lo hicieran Guns N’ Roses con su “The Spaghtti Incident?” o Metallica con uno de los discos de su “Garage Inc.” por nombrar a dos de los grandes. La carrera musical de Andrés Calamaro es tan extensa y los palos que ha tocado son tantos y tan variados, que posiblemente necesitaría otro quíntuple LP para hacer un disco de versiones de sus máximas influencias. Con este disco Andrés ha querido homenajear sólo una pequeña parte de sus raíces musicales: la música de Latinoamérica. Como en todos los discos de versiones, unos temas han sido mejorados dándoles su tan característico toque personal y otros no, pero en el cómputo global, “El Cantante” es un auténtico disco homenaje del cual todos los autores originales pueden estar orgullosos, no como otros homenajes que circulan por ahí...

Que nadie espere versiones rockeras, versiones tecnológicas como la que en su día hiciera del tema de Bob Marley “No woman no cry” ni nada por el estilo. Por lo general ha sido bastante fiel a la estructura original de las canciones limitándose a cantar con su propia voz, lo cual es más que suficiente para hacer propias todas las canciones del disco. En “El Cantante”, además de las virtudes como vocalista de Andrés Calamaro (que no las voy a descubrir yo aquí ahora), cabe destacar a ese diamante en bruto que le acompaña a la guitarra española: El Niño Josele. Que nadie lo pierda de vista de aquí en adelante.

Puede que “El Cantante” no sea el mejor disco de Calamaro. Puede que Calamaro no sea el mismo desde que vive con su amada Mónica en una granja de Toledo cuidando su huerto y a su burro Romero. Puede que Calamaro ya no haga ninguna gira más y que se limite a publicar un disco cada cinco años. Puede que Calamaro ya jamás vuelva a hacer rock and roll ni a ser el canalla que en tiempos fue. Lo que está claro es que siempre es un placer escuchar cantar a Calamaro, ya sea en disco propio o haciendo versiones, porque haga lo que haga el resultado final va a ser siempre de una altísima calidad. Por mucho que su personalidad cambie con los años, su voz siempre será una de las mejores voces del panorama musical hispano. Es una suerte tenerlo ahí aunque sea con cuentagotas.

Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)

miércoles, mayo 04, 2005

Programación "La Caja de Música" 04/05/2005


Este miércoles en La Caja de Música, a partir de las 22 h:

- Melodías y palabras con una selección de canciones del presente y del pasado.

- Charlaremos con los madrileños Jinx, en lo que será el previo a su visita a Granada el viernes.

- Y una nueva dosis jazzera en 'El Retrato del Jazz'.

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Eduardo Tébar