viernes, marzo 18, 2005

Personas con discapacidad intelectual


Culpables nadie, responsables todos

Son muchas (por desgracia, o por suerte según se quiera mirar) las discapacidades que existen; físicas, sensoriales, intelectuales o de otro orden más extraño. Yo creo que tantas como personas existen. Los criterios de normalidad/anormalidad que establece la media poblacional no llegan a ser válidos en un contexto como el que nos rodea. Yo siempre he defendido que si en una población de cien habitantes hay noventa esquizofrénicos, los locos son los diez restantes.

Por partes, la discapacidad intelectual afecta a la cognición, pero no es una enfermedad, la discapacidad física afecta al aparato motor, a la motilidad, y, la sensorial, afecta a los sentidos. En ocasiones, y muchas, se encuentran las tres en la misma persona, aunque la relevante siempre será la intelectual al ser la más limitante.

No es éste sitio ni lugar para hacer postulados técnicos sobre las discapacidades, sus diagnósticos, sus tratamientos o sus etiologías, pero sí que me vais a permitir que dé una serie de impresiones propias de quien trabaja, vive y tiene en su familia más cercana a personas con discapacidad intelectual.

Parece mentira que estemos en el tan dorado siglo XXI, el del Euro, en el que se crea el año internacional de las personas con discapacidad, en el que todavía hay putas guerras, el año de los Sabios. Pues parece mentira que en este siglo estas personas sigan siendo tan desconocidas como tiempo atrás. La educación, la medicina y variantes, y parte de la justicia son los campos que abordan este tema; el resto: ni pum. Parece mentira que incluso siendo ciudadanos del mismo país, unas personas con las mismas limitaciones tengan mayores recursos que otras. Parece mentira que me pueda operar de sexo y no costarme dinero y que si tengo mal la dentadura (entre otras cosas por la barbaridad de medicamentos) me tenga que gastar una fortuna, si es que la tengo, porque sino, a vivir que son dos días. Parece mentira que las administraciones sólo se preocupen de votos, de clientelismo político y de basuras varias. Parece mentira.

No hace mucho, en una ponencia comenté el hecho de que las partidas presupuestarias de mi Comunidad Autónoma contemplan cantidades ingentes del presupuesto para personas drogodependientes dejando el presupuesto de personas con discapacidad a la altura de las colillas, hablando de % de personas drogodependientes por % de presupuesto. En realidad, y sin quitar recursos a nadie, el drogodependiente, en el % que queramos, se lo ha buscado, repito, en el % que queramos (un 1%, un 50% ó un 90%), y en otro % que también queramos puede o tiene la posibilidad de salir. En el caso de las personas con discapacidad intelectual esto no es así, ni se lo han buscado ni pueden salir de ningún sitio, y, además, no crean inseguridad ciudadana porque no acostumbran a robar ni a matar. Pues nada, vamos a anunciar NO a las drogas (por supuesto que sí, que está bien el anuncio digo), vamos a gastarnos la pasta en Centros Provinciales de Drogodependencias, vamos a jugar al fútbol para sacar pasta y vamos a saturar la Seguridad Social de casos y casos, pero no anunciemos un trato digno a las personas con discapacidad, no juguemos al fútbol por ellos, y no creemos Centros Públicos para ellos/as porque el funcionariado es muy caro, mejor que lo paguen las familias. Patético.

¿Por qué en Cataluña, País Vasco, Galicia, Madrid y Valencia un síndrome de Down o un Paralítico Cerebral lo pueden atender varios monitores, psicólogos, maestros y un largo etc. y aquí en MI Comunidad nos las vemos y nos las deseamos para poder atender a quince personas con UN SOLO cuidador?. Terrible. Yo creía que vivía en España, pero no, vivo en MI Comunidad. Para otras cosas, perfecto, para esto: patético.

En fin, esto es lo que hay, como decía “el otro”. Y esto no cambiará mientras los “tontos” no den dinero, no den votos y no muevan masas.

Indignado ante determinadas actitudes:

Jesús Cabezas (Noko)