¡Sin escolarizar!
La no escolarización de algunos niños acostumbra a comportar una reacción de asombro y escándalo, acompañadas de unos argumentos que, aunque lo pretenden, no alcanzan lo ético ni lo moral.
Esos niños sin escolarizar son siempre de determinadas clases sociales, en las que no se producen esas reacciones. Quizás sea un buen ejercicio pensar porqué motivos dejan a estos niños “de la mano de dios”, como dirían algunos.
Puede que sea suficiente, al menos para hacerse una idea, observar las escuelas. Instituciones para el encierro, aunque temporal, en las que se les inculca unos valores e ideales determinados: los de las clases medias. Instituciones en las que, mediante esos valores que se imponen, se refuerza la marginación y la discriminación. En definitiva, unos lugares para el control y la reproducción de un sistema que beneficia a unos, en detrimento de otros.
No se puede esperar que todos aquellos a los que perjudica el sistema de educación escolar acaten tal barbarie. Barbarie para ellos, por supuesto; no para los beneficiados. Beneficiados que seguiremos escandalizados por no saber ver más allá de nuestras propias narices. Por no reconocer otra realidad que la construida con nuestros valores.
Andrés Lorenzo (Crimson)
Esos niños sin escolarizar son siempre de determinadas clases sociales, en las que no se producen esas reacciones. Quizás sea un buen ejercicio pensar porqué motivos dejan a estos niños “de la mano de dios”, como dirían algunos.
Puede que sea suficiente, al menos para hacerse una idea, observar las escuelas. Instituciones para el encierro, aunque temporal, en las que se les inculca unos valores e ideales determinados: los de las clases medias. Instituciones en las que, mediante esos valores que se imponen, se refuerza la marginación y la discriminación. En definitiva, unos lugares para el control y la reproducción de un sistema que beneficia a unos, en detrimento de otros.
No se puede esperar que todos aquellos a los que perjudica el sistema de educación escolar acaten tal barbarie. Barbarie para ellos, por supuesto; no para los beneficiados. Beneficiados que seguiremos escandalizados por no saber ver más allá de nuestras propias narices. Por no reconocer otra realidad que la construida con nuestros valores.
Andrés Lorenzo (Crimson)
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