El shock de Leia (Lagartija Nick ) 2007
Se ha hecho esperar, pero ya está en la calle el noveno disco de Lagartija Nick. Tres años después del sobresaliente ‘Lo imprevisto’, la banda de Antonio Arias vuelve con ‘El shock de Leia’, catorce canciones que mantienen su esencia e indagan en su lado más pop.
Antonio Arias lo deja claro desde el primer corte: hay que “perder un poco el juicio / saltar al precipicio”. Y lo dice alguien combativo con la industria del disco, guarecido en la autogestión y ahora exiliado en la independiente Everlasting Records. Durante el trienio de gestación, Antonio ha sido padre y ha puesto a Los Ángeles en su sitio. De alguna manera, este trabajo estaba destinado a las melodías cristalinas, de distorsión moderada y voces armoniosas. Lo último con la ayuda de los “angelicos” Noni y Alejandro (Lori Meyers) en el tema que titula el compacto. Además, el famoso Dj Sergio Bastida aporta sensaciones espaciales con el theremin.
El compositor, cantante y bajista, que comenzó en 091, siempre ha defendido la universalidad de lo local en Granada. No extraña, por tanto, que Honest John Plain, el ídolo ‘boy’ del punk británico, cierre el viaje lunar con ‘Going to Mars’ y que la misma pieza en castellano (’20 versiones’) suene a ‘hit planetero’. Como tampoco sorprende que los rumores sobre un ‘Omega 2’ con Morente y Sonic Youth se hayan evaporado. Antonio Arias bucea en familia. Recupera con su hermano Jesús –que fue componente de TNT y Exxon Valdez– alguna idea aparcada desde ‘Su’, en 1995. Así como el esqueleto de ‘Cosmos’, que ya pululaba por las sesiones de ‘Inercia’, en 1992. Y ‘Carmen Celeste’ es un canto de felicidad paternal a medio camino entre Bauhaus y Love and Rockets. Los momentos álgidos quedan muy dosificados, lo que produce una escucha mucho más excitante hasta el final.
Por si hay algún confuso, Leia es la princesa de la película de George Lucas, aunque también el nombre de la perra de Antonio, quien reconoce que su animal sufrió un ‘shock’ durante la grabación. En cualquier caso, el cancionero rebosa ciencia ficción, que en Lagartija Nick es identidad lírica a partir de la cosmovisión de Arias, un auténtico estudioso de lo que llama “lenguaje anticipativo”. La canción ‘Un marciano envía una portal a casa’ se acerca al surrealismo del poeta Craig Raine. Y podemos tomar ‘Anoche soñé demasiado’ como la actualización del clásico demencial de los Electric Prunes rodado por la poesía de Valente.
En fin, que los Lagartija de 2007 no tienen pelos en la lengua y su música suena aguerrida con la rítmica afianzada de Erik Jiménez, y Víctor Lapido presidiendo la sección de guitarras. Con su universo misceláneo e inclasificable, la formación sobrevivió a los noventa y le ha cogido el tono al presente siglo, que les pega. Hay nebulosas para rato.
Eduardo Tébar
Antonio Arias lo deja claro desde el primer corte: hay que “perder un poco el juicio / saltar al precipicio”. Y lo dice alguien combativo con la industria del disco, guarecido en la autogestión y ahora exiliado en la independiente Everlasting Records. Durante el trienio de gestación, Antonio ha sido padre y ha puesto a Los Ángeles en su sitio. De alguna manera, este trabajo estaba destinado a las melodías cristalinas, de distorsión moderada y voces armoniosas. Lo último con la ayuda de los “angelicos” Noni y Alejandro (Lori Meyers) en el tema que titula el compacto. Además, el famoso Dj Sergio Bastida aporta sensaciones espaciales con el theremin.
El compositor, cantante y bajista, que comenzó en 091, siempre ha defendido la universalidad de lo local en Granada. No extraña, por tanto, que Honest John Plain, el ídolo ‘boy’ del punk británico, cierre el viaje lunar con ‘Going to Mars’ y que la misma pieza en castellano (’20 versiones’) suene a ‘hit planetero’. Como tampoco sorprende que los rumores sobre un ‘Omega 2’ con Morente y Sonic Youth se hayan evaporado. Antonio Arias bucea en familia. Recupera con su hermano Jesús –que fue componente de TNT y Exxon Valdez– alguna idea aparcada desde ‘Su’, en 1995. Así como el esqueleto de ‘Cosmos’, que ya pululaba por las sesiones de ‘Inercia’, en 1992. Y ‘Carmen Celeste’ es un canto de felicidad paternal a medio camino entre Bauhaus y Love and Rockets. Los momentos álgidos quedan muy dosificados, lo que produce una escucha mucho más excitante hasta el final.
Por si hay algún confuso, Leia es la princesa de la película de George Lucas, aunque también el nombre de la perra de Antonio, quien reconoce que su animal sufrió un ‘shock’ durante la grabación. En cualquier caso, el cancionero rebosa ciencia ficción, que en Lagartija Nick es identidad lírica a partir de la cosmovisión de Arias, un auténtico estudioso de lo que llama “lenguaje anticipativo”. La canción ‘Un marciano envía una portal a casa’ se acerca al surrealismo del poeta Craig Raine. Y podemos tomar ‘Anoche soñé demasiado’ como la actualización del clásico demencial de los Electric Prunes rodado por la poesía de Valente.
En fin, que los Lagartija de 2007 no tienen pelos en la lengua y su música suena aguerrida con la rítmica afianzada de Erik Jiménez, y Víctor Lapido presidiendo la sección de guitarras. Con su universo misceláneo e inclasificable, la formación sobrevivió a los noventa y le ha cogido el tono al presente siglo, que les pega. Hay nebulosas para rato.
Eduardo Tébar
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