Concierto de Diamond Dogs (Barcelona 28/10/2006)
Cuando hablamos de Suecia lo primero que nos viene a la cabeza son las turistas rubias paseándose en bikini por las playas de Benidorm y los muebles baratos de esos que se monta uno mismo. Pero, ¿alguien al hablar de Suecia piensa en rock and roll?... Pues eso son ni más ni menos los Diamond Dogs, unos suecos que hacen y rezuman rock and roll por los cuatro costados, y que consiguieron meterse en el bolsillo a los aproximadamente 1000 espectadores que llenaron la Sala Apolo 2 de Barcelona la noche del último sábado de octubre.
Todos los carteles anunciaban la apertura de puertas de la sala a las 20:30 h., pero a las 20:15 h. ya estaban sobre las tablas The Dexateens, unos jovencísimos teloneros que reventaron los tímpanos del personal con más decibelios de lo normal en sus amplificadores interpretando un rock callejero, sucio y beodo al más puro estilo de Jet o The Strokes. En el rato que tuve la oportunidad de verlos rompieron dos cuerdas cada uno de los dos guitarristas y tuvieron que despedirse con un “No more strings, no more songs”... Es la otra cara de la rock and roll, una actuación que tiene que finalizar antes de lo previsto por no disponer de cuerdas, y en la que los propios músicos fueron los encargados de recoger sus instrumentos, sus amplificadores y hasta los cascos de las cervezas que se bebieron. Sólo les faltó pasar la escoba.
A las 21:00 h. salían a escena los protagonistas de la noche, unos renovados Diamond Dogs cuya formación fue un tanto diferente a la habitual. En ella únicamente figuraba un guitarrista, el cual no era el mismo que ha participado en la grabación del último trabajo del grupo de título “Up the rock”. Escuchando el disco uno aprecia un ligero cambio en el estilo musical de la banda, un tanto alejado del rock & roll de The Faces o The Black Crowes con los que siempre se les ha comparado, y mucho más próximo al David Bowie más rockero y festivo. En él, a diferencia de los primeros discos, la guitarra queda en un segundo plano siendo los teclados y el saxo los instrumentos principales de la práctica totalidad de los temas. Todo esto se vio reflejado en el directo.
Para este concierto los Diamond Dogs eran cinco: los tres miembros fundadores del grupo, es decir, el vocalista Sulo, el teclista Henrik Wldén y el batería Jasper Karlsson; además del bajista Johan Johanson, el saxofonista Magic y el ya nombrado guitarrista suplente o contratado Lars Added. Sea cual fuere la formación, el grupo estuvo a un nivel excepcional y fue ganándose al público canción tras canción ayudados por el carisma y la simpatía de su líder Sulo, totalmente empeñado en hacer participar al público en la fiesta cantando los estribillos de las canciones y haciendo repetir el nombre del disco hasta la saciedad como si de un grito de guerra se tratase. El resto de los músicos, a excepción del guitarrista que daba la sensación de que se encallaba un poco y que tuvo algunas dificultades con el bottleneck, rozaron la perfección.
En una hora y media de concierto los allí presentes tuvimos la oportunidad de escuchar tanto la mayoría de los temas del nuevo disco como algunos ya clásicos de los Diamond Dogs. Fue una actuación corta pero intensa. Es el problema que tienen los conciertos celebrados en recintos pequeños de Barcelona durante los fines de semana, que una vez finalizados, las salas de conciertos se convierten en salas de baile o pubs musicales y se respetan al máximo los horarios marcados sin dar lugar a posibles bises de los grupos. Así pues, a las 10:30 h. se daba la actuación por acabada. Supo a poco pero dejó un agradable sabor de boca a todos los asistentes que nos fuimos esperando el regreso de estos suecos al país del sol para volver a disfrutar de otra noche de rock & roll con Sulo y sus muchachos. Up the rock!!!.
Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)
Todos los carteles anunciaban la apertura de puertas de la sala a las 20:30 h., pero a las 20:15 h. ya estaban sobre las tablas The Dexateens, unos jovencísimos teloneros que reventaron los tímpanos del personal con más decibelios de lo normal en sus amplificadores interpretando un rock callejero, sucio y beodo al más puro estilo de Jet o The Strokes. En el rato que tuve la oportunidad de verlos rompieron dos cuerdas cada uno de los dos guitarristas y tuvieron que despedirse con un “No more strings, no more songs”... Es la otra cara de la rock and roll, una actuación que tiene que finalizar antes de lo previsto por no disponer de cuerdas, y en la que los propios músicos fueron los encargados de recoger sus instrumentos, sus amplificadores y hasta los cascos de las cervezas que se bebieron. Sólo les faltó pasar la escoba.
A las 21:00 h. salían a escena los protagonistas de la noche, unos renovados Diamond Dogs cuya formación fue un tanto diferente a la habitual. En ella únicamente figuraba un guitarrista, el cual no era el mismo que ha participado en la grabación del último trabajo del grupo de título “Up the rock”. Escuchando el disco uno aprecia un ligero cambio en el estilo musical de la banda, un tanto alejado del rock & roll de The Faces o The Black Crowes con los que siempre se les ha comparado, y mucho más próximo al David Bowie más rockero y festivo. En él, a diferencia de los primeros discos, la guitarra queda en un segundo plano siendo los teclados y el saxo los instrumentos principales de la práctica totalidad de los temas. Todo esto se vio reflejado en el directo.
Para este concierto los Diamond Dogs eran cinco: los tres miembros fundadores del grupo, es decir, el vocalista Sulo, el teclista Henrik Wldén y el batería Jasper Karlsson; además del bajista Johan Johanson, el saxofonista Magic y el ya nombrado guitarrista suplente o contratado Lars Added. Sea cual fuere la formación, el grupo estuvo a un nivel excepcional y fue ganándose al público canción tras canción ayudados por el carisma y la simpatía de su líder Sulo, totalmente empeñado en hacer participar al público en la fiesta cantando los estribillos de las canciones y haciendo repetir el nombre del disco hasta la saciedad como si de un grito de guerra se tratase. El resto de los músicos, a excepción del guitarrista que daba la sensación de que se encallaba un poco y que tuvo algunas dificultades con el bottleneck, rozaron la perfección.
En una hora y media de concierto los allí presentes tuvimos la oportunidad de escuchar tanto la mayoría de los temas del nuevo disco como algunos ya clásicos de los Diamond Dogs. Fue una actuación corta pero intensa. Es el problema que tienen los conciertos celebrados en recintos pequeños de Barcelona durante los fines de semana, que una vez finalizados, las salas de conciertos se convierten en salas de baile o pubs musicales y se respetan al máximo los horarios marcados sin dar lugar a posibles bises de los grupos. Así pues, a las 10:30 h. se daba la actuación por acabada. Supo a poco pero dejó un agradable sabor de boca a todos los asistentes que nos fuimos esperando el regreso de estos suecos al país del sol para volver a disfrutar de otra noche de rock & roll con Sulo y sus muchachos. Up the rock!!!.
Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)
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