The Village Lanterne (Blackmore's Night) 2006
Hablar de Ritchie Blackmore es prestarle atención al creador de las bases del rock duro. Desde “In Rock” con los Purple hasta sobre todo su discografía en Rainbow, ha sido un estandarte e icono en el mundo del rock como alguien que creó y crea escuela.
Ritchie es un tipo extraño, huraño, y al parecer, arisco. Pero como lo que importa de un músico es su música, su personalidad interesa más bien poco. Magnas obras del calibre de “Burn”, “Highway Star”, “Smoke on the water”, “Eyes of the World” o “Makin love” han salido de la cocina del hombre de negro. No es de extrañar que sus más acérrimos y fieles seguidores se rasguen las vestiduras cuando escuchan su proyecto Blackmores’s Night que nos mantiene en un aura romántica con tiempos acústicos-medievales que tanto gustan a su mujer, pionera Candice Night en tirar de la cuerda de Ritchie para este proyecto.
Centrados en el álbum, y sin recordar quién es el que compone y toca, nos topamos con un trabajo muy sobresaliente, sin salirse del parámetro medieval y de las mandolinas, pero con temas verdaderamente bonitos, cargados de melodía y de sentimiento. Candice se sale literalmente en su papel de cuentacuentos cantarín. Tiene un registro magnifico e impregna cada una de las canciones a las que presta su sutil voz. Parece, o me da la espina, que este álbum es la antesala de algo grande; nunca Ritchie en sus anteriores trabajos en Blackmore’s Night había utilizado la guitarra eléctrica tanto, y mucho menos alguna leve distorsión de colchón para determinados compases de algunas canciones. De todos es sabido que sus malas relaciones con Purple se relacionan con el manager de éstos. La etapa de Blackmore’s Night toca techo con este disco a mi entender, y planea la expectación de una nueva reunión del Mark II o quien sabe si del Mark III.
Se presenta en formato simple y en formato doble enmarcado dentro de tela negra con un segundo cd en el que Joe Lynn Turner canta uno de los temas. Tal vez sea la contrapartida por dedicarle éste último un tema en su disco del pasado año “The usual suspects” de título “Unfinished bussines” (trabajos interminados), curioso cuanto menos.
SPV sigue apostando fuerte editando estos trabajos dentro un ámbito puramente metálico. Aunque, alguien como Blackmore no se debe dejar pasar; y es que, a nadie amarga un dulce.
Jesús Cabezas (Noko)
Ritchie es un tipo extraño, huraño, y al parecer, arisco. Pero como lo que importa de un músico es su música, su personalidad interesa más bien poco. Magnas obras del calibre de “Burn”, “Highway Star”, “Smoke on the water”, “Eyes of the World” o “Makin love” han salido de la cocina del hombre de negro. No es de extrañar que sus más acérrimos y fieles seguidores se rasguen las vestiduras cuando escuchan su proyecto Blackmores’s Night que nos mantiene en un aura romántica con tiempos acústicos-medievales que tanto gustan a su mujer, pionera Candice Night en tirar de la cuerda de Ritchie para este proyecto.
Centrados en el álbum, y sin recordar quién es el que compone y toca, nos topamos con un trabajo muy sobresaliente, sin salirse del parámetro medieval y de las mandolinas, pero con temas verdaderamente bonitos, cargados de melodía y de sentimiento. Candice se sale literalmente en su papel de cuentacuentos cantarín. Tiene un registro magnifico e impregna cada una de las canciones a las que presta su sutil voz. Parece, o me da la espina, que este álbum es la antesala de algo grande; nunca Ritchie en sus anteriores trabajos en Blackmore’s Night había utilizado la guitarra eléctrica tanto, y mucho menos alguna leve distorsión de colchón para determinados compases de algunas canciones. De todos es sabido que sus malas relaciones con Purple se relacionan con el manager de éstos. La etapa de Blackmore’s Night toca techo con este disco a mi entender, y planea la expectación de una nueva reunión del Mark II o quien sabe si del Mark III.
Se presenta en formato simple y en formato doble enmarcado dentro de tela negra con un segundo cd en el que Joe Lynn Turner canta uno de los temas. Tal vez sea la contrapartida por dedicarle éste último un tema en su disco del pasado año “The usual suspects” de título “Unfinished bussines” (trabajos interminados), curioso cuanto menos.
SPV sigue apostando fuerte editando estos trabajos dentro un ámbito puramente metálico. Aunque, alguien como Blackmore no se debe dejar pasar; y es que, a nadie amarga un dulce.
Jesús Cabezas (Noko)
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