martes, enero 06, 2009
Por segundo año consecutivo, y como regalo de Reyes, Enrique Bunbury vuelve a responder una entrevista confeccionada por las personas que mejor lo conocen: sus seguidores. Cien respuestas para cien preguntas donde el artista muestra muchas de sus inquietudes musicales, artísticas, políticas, sociales... Una buena manera de hacer balance de lo ocurrido durante el año pasado y de empezar este 2009. Esperamos que el resultado sea de tu interés y disfrutes con su lectura.
jueves, diciembre 04, 2008
Bunbury “Hellville de Interview 2009”: 100 preguntas – 100 respuestas
Un año más Bunbury vuelve por Navidad de nuevo para regalarnos una entrevista en exclusiva. “Hellville de Interview 2009” estará confeccionada por una selección de 100 preguntas de entre todas las recibidas por sus seguidores a través de las siguientes webs y comunidades:
http://www.avalanchadelsilencio.blogspot.com/, http://www.bunburybrasil.eev.com.br/, http://www.bunburyclub.com/, http://bunburydad.mforos.com/, http://www.bunburyymas.com/, http://www.cabaretdelexceso.ya.st/, http://www.elpulsosindescanso.net/, http://www.heridadelsilencio.com/, http://www.heroinomanos.com/, www.myspace.com/loschulisoficial, http://www.laslineasdelkaos.com/, http://www.losheroesdeleyenda.net/, http://www.ruedafortuna.com/, http://www.siemprehds.com/, http://www.universoheroes.com/, http://zonaheroesdelsilencio.blogspot.com/
El plazo de recepción de preguntas será desde el 5 al 20 de diciembre de 2008 y el resultado final con las respuestas de Bunbury se publicará de forma simultánea en las webs anteriormente mencionadas el día 6 de enero de 2009 como regalo especial de Reyes. Para participar en la entrevista únicamente debéis enviar vuestras preguntas a la siguiente dirección de correo electrónico: heridadelsilencio@gmail.com indicando vuestro nombre o nick para que éste aparezca en los agradecimientos de la entrevista final.
La temática de las preguntas podrá ser muy amplia y variada: música, nuevo disco, giras, proyectos, trabajos anteriores, cine, literatura, viajes, poesía, gastronomía, política... y cualquier otra idea que gire alrededor del artista.
Esperamos que esta propuesta llegue al mayor número de personas posible para que así tengan la oportunidad de participar en este encuentro con Bunbury.
http://www.avalanchadelsilencio.blogspot.com/, http://www.bunburybrasil.eev.com.br/, http://www.bunburyclub.com/, http://bunburydad.mforos.com/, http://www.bunburyymas.com/, http://www.cabaretdelexceso.ya.st/, http://www.elpulsosindescanso.net/, http://www.heridadelsilencio.com/, http://www.heroinomanos.com/, www.myspace.com/loschulisoficial, http://www.laslineasdelkaos.com/, http://www.losheroesdeleyenda.net/, http://www.ruedafortuna.com/, http://www.siemprehds.com/, http://www.universoheroes.com/, http://zonaheroesdelsilencio.blogspot.com/
El plazo de recepción de preguntas será desde el 5 al 20 de diciembre de 2008 y el resultado final con las respuestas de Bunbury se publicará de forma simultánea en las webs anteriormente mencionadas el día 6 de enero de 2009 como regalo especial de Reyes. Para participar en la entrevista únicamente debéis enviar vuestras preguntas a la siguiente dirección de correo electrónico: heridadelsilencio@gmail.com indicando vuestro nombre o nick para que éste aparezca en los agradecimientos de la entrevista final.
La temática de las preguntas podrá ser muy amplia y variada: música, nuevo disco, giras, proyectos, trabajos anteriores, cine, literatura, viajes, poesía, gastronomía, política... y cualquier otra idea que gire alrededor del artista.
Esperamos que esta propuesta llegue al mayor número de personas posible para que así tengan la oportunidad de participar en este encuentro con Bunbury.
sábado, noviembre 01, 2008
Dentro de Pink Floyd (Nick Mason) 2007
Como bien refleja el título del libro, “Dentro de Pink Floyd” es la autobiografía de Pink Floyd escrita en primera persona por uno de los componentes del grupo, concretamente por el batería del Nick Mason. Han sido muchas las biografías sobre Pink Floyd que se han escrito durante los últimos años, pero esta es la primera en la que uno de sus miembros decide contar la historia del grupo desde sus entrañas. Puesto que Pink Floyd es uno de esos grupos en cuyo seno han acontecido todo tipo de culebrones, el hecho de leer la opinión acerca de todo lo ocurrido escrita por uno de sus miembros, a priori le da un poco de morbo adicional este libro e incita más que otros a su lectura.
Desde sus andanzas por la facultad de arquitectura de la Universidad Politécnica Regent Street de Londres allá por 1962, hasta el concierto celebrado el día 2 de Julio de 2005 en el Hyde Park de Londres con motivo del festival benéfico Live 8, Nick Mason explica, con su peculiar sentido del humor socarrón y desde su particular punto de vista, absolutamente toda la carrera de Pink Floyd. Lamentablemente el libro fue escrito antes de los fallecimientos de Syd Barrett y Rick Wright y éste no pudo servir como homenaje a ambos.
La habilidad de Nick para trivializar y quitarle importancia a los problemas, contratiempos, éxitos y fracasos del grupo, e incluso a su propio talento musical y peso dentro de la banda, le da un punto cómico a toda la historia; sin embargo, he de reconocer que en determinados pasajes del libro me he aburrido soberanamente debido al continuo ametrallamiento con datos como nombres propios, fechas exactas, ubicaciones concretas con calle, número, piso y prácticamente código postal de locales de ensayo, salas de conciertos, tiendas de instrumentos, almacenes de material de iluminación y hasta “boutiques” de pantalones. Para alguien que pretenda viajar a Londres y realizar “El Camino de Pink Floyd” seguramente toda esta información le será de gran valor, pero para quien sólo desea conocer la trayectoria de un grupo de rock, hay fragmentos en los que se tiene la sensación de estar leyendo las batallitas del abuelo Cebolleta más que las vivencias y experiencias de un músico.
En todo el libro echo en falta dos aspectos fundamentales. En primer lugar me hubiera gustado que los periodos de composición y grabación de los discos hubieran sido tratados de una forma menos escueta. Supongo que esto se deberá a lo poco que tiene que contar el bueno de Mason sobre las composiciones y grabaciones de los discos del grupo. En segundo lugar también me hubiera gustado un poco más de compromiso por su parte a la hora de tratar algunos temas conflictivos de la historia de Pink Floyd. En el único tema en el que se moja un poco es en el referente a la expulsión de Syd Barrett, donde explica de una forma más o menos extensa los motivos por los cuales decidieron dejarlo fuera del grupo. En el resto de los temas peliagudos como la primera expulsión de Rick Wright, las polémicas y pleitos entre Roger Waters y el resto del grupo, etc., Nick pasa casi de puntillas. El hecho de que en la actualidad se lleve igual de bien con Roger Waters que con David Gilmour, así como el proceso de censura al que fue sometido el libro antes de su publicación por parte de ambos, quizás hayan influido en la evidente neutralidad de lo escrito.
En resumidas cuentas, “Dentro de Pink Floyd” es un libro entrañable, plagado de anécdotas y buen humor a raudales, pero que nadie busque en él polémica y “Salsa Rosa” (nunca mejor dicho) porque no la va a encontrar.
Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)
Desde sus andanzas por la facultad de arquitectura de la Universidad Politécnica Regent Street de Londres allá por 1962, hasta el concierto celebrado el día 2 de Julio de 2005 en el Hyde Park de Londres con motivo del festival benéfico Live 8, Nick Mason explica, con su peculiar sentido del humor socarrón y desde su particular punto de vista, absolutamente toda la carrera de Pink Floyd. Lamentablemente el libro fue escrito antes de los fallecimientos de Syd Barrett y Rick Wright y éste no pudo servir como homenaje a ambos.
La habilidad de Nick para trivializar y quitarle importancia a los problemas, contratiempos, éxitos y fracasos del grupo, e incluso a su propio talento musical y peso dentro de la banda, le da un punto cómico a toda la historia; sin embargo, he de reconocer que en determinados pasajes del libro me he aburrido soberanamente debido al continuo ametrallamiento con datos como nombres propios, fechas exactas, ubicaciones concretas con calle, número, piso y prácticamente código postal de locales de ensayo, salas de conciertos, tiendas de instrumentos, almacenes de material de iluminación y hasta “boutiques” de pantalones. Para alguien que pretenda viajar a Londres y realizar “El Camino de Pink Floyd” seguramente toda esta información le será de gran valor, pero para quien sólo desea conocer la trayectoria de un grupo de rock, hay fragmentos en los que se tiene la sensación de estar leyendo las batallitas del abuelo Cebolleta más que las vivencias y experiencias de un músico.
En todo el libro echo en falta dos aspectos fundamentales. En primer lugar me hubiera gustado que los periodos de composición y grabación de los discos hubieran sido tratados de una forma menos escueta. Supongo que esto se deberá a lo poco que tiene que contar el bueno de Mason sobre las composiciones y grabaciones de los discos del grupo. En segundo lugar también me hubiera gustado un poco más de compromiso por su parte a la hora de tratar algunos temas conflictivos de la historia de Pink Floyd. En el único tema en el que se moja un poco es en el referente a la expulsión de Syd Barrett, donde explica de una forma más o menos extensa los motivos por los cuales decidieron dejarlo fuera del grupo. En el resto de los temas peliagudos como la primera expulsión de Rick Wright, las polémicas y pleitos entre Roger Waters y el resto del grupo, etc., Nick pasa casi de puntillas. El hecho de que en la actualidad se lleve igual de bien con Roger Waters que con David Gilmour, así como el proceso de censura al que fue sometido el libro antes de su publicación por parte de ambos, quizás hayan influido en la evidente neutralidad de lo escrito.
En resumidas cuentas, “Dentro de Pink Floyd” es un libro entrañable, plagado de anécdotas y buen humor a raudales, pero que nadie busque en él polémica y “Salsa Rosa” (nunca mejor dicho) porque no la va a encontrar.
Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)
lunes, octubre 27, 2008
La ley innata (Extremoduro) 2008
Seis años después de la publicación de su anterior disco de estudio, Extremoduro vuelven a la actualidad musical y en menos de dos meses sacan al mercado un nuevo álbum y se recorren media España en una exitosa gira de conciertos. Ha sido un regreso fugaz pero muy esperado que no ha defraudado ni a seguidores de la banda ni a la prensa especializada.
Hay que reconocer que con “Yo, minoría absoluta”, publicado en el año 2002, Robe Iniesta, Iñaki “Uoho” Antón y compañía se pusieron el listón muy alto. Temas como “A fuego”, “Stand by”, “Puta” o “La vereda de la puerta de atrás” hicieron de aquel disco uno de los mejores de la carrera de Extremoduro, y tantos años de inactividad de la formación sumados al nacimiento de “Los inconscientes”, el proyecto en solitario de “Uoho”, hacían sospechar que a Extremoduro (o más concretamente a Robe) se le había secado la tomatera de la inspiración y que tardaría mucho en reaparecer. Finalmente fue anunciada la tan esperada publicación de un nuevo disco y, aunque ésta se demoró y se pospuso varios meses, finalmente ya podemos escucharlo.
Bajo el título de “La ley innata” y con la frase de Cicerón “Ciertamente existe una ley no escrita, de acuerdo con la naturaleza, conocida por todos, constante y sempiterna… A esta ley no es lícito agregarle ni derogarle nada, ni tampoco eliminarla por completo” escrita en latín sobre el dibujo “Anatomía” de Leonardo Da Vinci en la portada; Extremoduro nos presentan un disco conceptual, de unos tres cuartos de hora de duración y compuesto por seis pistas consecutivas sin espacio de separación entre ellas. Como si de un disco de Pink Floyd, Dream Theater o de cualquier grupo de rock progresivo se tratase, “La ley innata” es de esos trabajos discográficos que parecen estar compuestos por un único tema en el que sólo existe una temática y donde se van repitiendo versos, melodías y fraseos de guitarra a lo largo de todos los temas. Ya hicieron algo parecido en 1995 con “Pedrá” pero en esta ocasión se nota que todo está más trabajado y que los detalles, tanto musicales como líricos o de producción, han sido mucho mejor cuidados.
En cuanto a la temática, “La ley innata” básicamente es un disco de desamor, un disco triste que tiene toda la pinta de ser la narración en primera persona del final de una relación sentimental y de la consiguiente decadencia emocional de la parte peor parada de la historia. Todo el disco transmite los diferentes sentimientos y cambios de estado anímico de su protagonista, pasando de la felicidad del principio, a la incredulidad y la rabia general, para acabar en tristeza y resignación al final.
No soy un gran admirador de Extremoduro ni de esa voz de perro con faringitis que tiene el Robe Iniesta pero sí soy bastante buen conocedor de toda su obra, por eso puedo decir que “La ley innata” quizás sea de lejos uno de los tres mejores discos de la discografía del grupo y a lo mejor me quedo corto.
Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)
Hay que reconocer que con “Yo, minoría absoluta”, publicado en el año 2002, Robe Iniesta, Iñaki “Uoho” Antón y compañía se pusieron el listón muy alto. Temas como “A fuego”, “Stand by”, “Puta” o “La vereda de la puerta de atrás” hicieron de aquel disco uno de los mejores de la carrera de Extremoduro, y tantos años de inactividad de la formación sumados al nacimiento de “Los inconscientes”, el proyecto en solitario de “Uoho”, hacían sospechar que a Extremoduro (o más concretamente a Robe) se le había secado la tomatera de la inspiración y que tardaría mucho en reaparecer. Finalmente fue anunciada la tan esperada publicación de un nuevo disco y, aunque ésta se demoró y se pospuso varios meses, finalmente ya podemos escucharlo.
Bajo el título de “La ley innata” y con la frase de Cicerón “Ciertamente existe una ley no escrita, de acuerdo con la naturaleza, conocida por todos, constante y sempiterna… A esta ley no es lícito agregarle ni derogarle nada, ni tampoco eliminarla por completo” escrita en latín sobre el dibujo “Anatomía” de Leonardo Da Vinci en la portada; Extremoduro nos presentan un disco conceptual, de unos tres cuartos de hora de duración y compuesto por seis pistas consecutivas sin espacio de separación entre ellas. Como si de un disco de Pink Floyd, Dream Theater o de cualquier grupo de rock progresivo se tratase, “La ley innata” es de esos trabajos discográficos que parecen estar compuestos por un único tema en el que sólo existe una temática y donde se van repitiendo versos, melodías y fraseos de guitarra a lo largo de todos los temas. Ya hicieron algo parecido en 1995 con “Pedrá” pero en esta ocasión se nota que todo está más trabajado y que los detalles, tanto musicales como líricos o de producción, han sido mucho mejor cuidados.
En cuanto a la temática, “La ley innata” básicamente es un disco de desamor, un disco triste que tiene toda la pinta de ser la narración en primera persona del final de una relación sentimental y de la consiguiente decadencia emocional de la parte peor parada de la historia. Todo el disco transmite los diferentes sentimientos y cambios de estado anímico de su protagonista, pasando de la felicidad del principio, a la incredulidad y la rabia general, para acabar en tristeza y resignación al final.
No soy un gran admirador de Extremoduro ni de esa voz de perro con faringitis que tiene el Robe Iniesta pero sí soy bastante buen conocedor de toda su obra, por eso puedo decir que “La ley innata” quizás sea de lejos uno de los tres mejores discos de la discografía del grupo y a lo mejor me quedo corto.
Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)
Noche de Rock por José Carlos Galera
EL ENCHUFADO + SPINAES + THE SANGRIENTOS
Viernes 31 octubre , 23:00 horas URREA de GAEN (Teruel)
Entrada: 3 Euros
Ya es conocido el caso del niño José Carlos Galera, (http://zaragozame.com/tag/jose-carlos-galera/), y los grupos de casa se unen a la causa haciendo un concierto con el fin de recaudar fondos para enviárselos a la familia.
¡¡¡¡¡ NO PUEDES FALTAR !!!!!
Si queréis hacer algún ingreso por vuestra cuenta:
Nº CTA CAI: 2086-0079-45-0000403992
ó bien
SMS al 7844 con el texto AYUDACARLOS
Viernes 31 octubre , 23:00 horas URREA de GAEN (Teruel)
Entrada: 3 Euros
Ya es conocido el caso del niño José Carlos Galera, (http://zaragozame.com/tag/jose-carlos-galera/), y los grupos de casa se unen a la causa haciendo un concierto con el fin de recaudar fondos para enviárselos a la familia.
¡¡¡¡¡ NO PUEDES FALTAR !!!!!
Si queréis hacer algún ingreso por vuestra cuenta:
Nº CTA CAI: 2086-0079-45-0000403992
ó bien
SMS al 7844 con el texto AYUDACARLOS
miércoles, octubre 22, 2008
Sonidos jamaicanos en La Caja de Música
Este miércoles no te pierdas La Caja de Música (22 horas), que puedes sintonizar a través del 100.9 FM en Granada o en la web de Radio Contadero.
Siguiendo la tradición de los últimos otoños, los sonidos jamaicanos invaden Granada por estas fechas. El festival All Reggae to the People traerá los próximos 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre a nombres legendarios del ska y del rocksteady mundial. Figuras como el veterano trombonista Roy Ellis ‘Mr. Symarip’, que volverá a pisar un escenario con la formación granadina Red Soul Community en la retaguardia.
Esta noche nos visita la Reggae Warrior Crew, responsable del evento que este año alcanza su cuarta edición.
Escucha La Caja de Música:
Siguiendo la tradición de los últimos otoños, los sonidos jamaicanos invaden Granada por estas fechas. El festival All Reggae to the People traerá los próximos 30 y 31 de octubre y 1 de noviembre a nombres legendarios del ska y del rocksteady mundial. Figuras como el veterano trombonista Roy Ellis ‘Mr. Symarip’, que volverá a pisar un escenario con la formación granadina Red Soul Community en la retaguardia.
Esta noche nos visita la Reggae Warrior Crew, responsable del evento que este año alcanza su cuarta edición.
Escucha La Caja de Música:
jueves, octubre 16, 2008
Concierto de Andrés Calamaro (Barcelona 03/09/2008)
Andrés Calamaro retoma la senda del rock en la Sauna Razzmatazz
Estaba convencido de que no iba a asistir a este concierto. Después de la desagradable experiencia sufrida en el mes de Julio tras los conciertos de Lenny Kravitz y Ben Harper debido a la ausencia de transporte público pasadas las doce de la noche, juré no volver a asistir a un concierto que se celebrase en Barcelona en un día laborable. El de Calamaro iba a ser un miércoles día 3 de Septiembre, así que ni llegué a plantearme la posibilidad de comprar una entrada cuando estas salieron a la venta y traté de no pensar en si el concierto valdría la pena o no. El día 2 de Septiembre recibí la llamada de una amiga que me comunicaba que a la persona con la que ella iba a asistir al concierto del día siguiente le había surgido un imprevisto y me pedía si sería tan amable de acompañarle con la entrada de ésta. Cuando a uno le hacen este tipo de peticiones no tiene más remedio que aceptar, así que, sin comerlo ni beberlo, el día 3 de Septiembre me dispuse a acompañar a mi amiga a ver a Calamaro, eso sí, con la cartera llena de billetes por si tenía que volver a casa en taxi. Sinceramente he de decir que más que hacerle un favor yo a ella me lo hizo ella a mí, porque lo que presenciamos en la Razz ese día será difícil de olvidar y fue un broche de oro para mis extrañas aunque completas vacaciones estivales del 2008.
Durante la tarde del día 3 de Septiembre el calor y la humedad apenas dejaban respirar por las calles de Barcelona. Cualquier ambiente que no fuera el de un local cerrado con el aire acondicionado puesto a no más de 22 grados era prácticamente insufrible. Si a eso le sumamos las lamentables condiciones de refrigeración de la Sala Razzmatazz, famosa por las altas temperaturas que se alcanzan en los conciertos y fiestas que allí se celebran, la escasa ventilación y el calor humano que desprendían las 2.500 personas que colgaron el “No hay billetes” varias semanas antes del evento; cualquiera se puede imaginar que a menos de media hora del comienzo del concierto ya todo el mundo estaba empapado y abanicándose. No es que me haya equivocado en el subtítulo de la crónica, es que realmente más que una sala de conciertos aquello parecía mismamente una sauna con la única diferencia de que, en lugar de oler a eucaliptus, el ambiente olía a una mezcla de tabaco, marihuana cerveza y sudor.
En la entrada del concierto figuraba que a las 21:00 h. daría comienzo la actuación del artista invitado, siendo las 22:00 h. la hora prevista para la de Calamaro. La sorpresa fue cuando sobre las 21:35 h., sin que por allí pasase previamente ningún artista invitado, Andrés y su banda saltaban a escena. Con gafas de sol de policía americano y camiseta con el lema “Rock & Roll Circus” en el pecho, el cantante argentino ocupaba el centro del escenario dejando un par de rosas blancas sobre su atril engalanado con un calamar de peluche y se colgaba del hombro su eterna Fender Telecaster con el toro de Osborne en el golpeador. Tras jugar durante unos segundos en el mástil de la guitarra probando algún riff, Andrés y sus músicos acompañantes entonaban “a cappella” los primeros versos de “El salmón” para posteriormente dejar que las guitarras comenzaran a rugir y que el público de Barcelona comenzara a saltar. Sin apenas espacio entre una y otra canción, la banda continuaba con “Los chicos”, tema de su nuevo álbum muy propio para los primeros minutos de un concierto en el que se pretende levantar el ánimo del público cuanto antes mejor. Entre medio de la canción Andrés saludaba al público catalán con un “Bona nit Barcelona, volvemos como siempre con alegría y respeto”, y es que Andrés Calamaro siempre se ha declarado un amante de la Ciudad Condal y en ella ha tenido ocasión de brindar conciertos memorables. Tras tamaña descarga de energía rockera y con todo el público completamente revolucionado, le llegó el turno a algunos temas mucho más relajados como la versión en clave de cumbia de “Tuyo siempre” o el medio tiempo de “Mi gin tonic”, uno de los pocos temas de “La lengua popular” que interpretaría en toda la velada.
En esta ocasión la banda que acompañó a Andrés Calamaro estuvo compuesta por Julián Kanevsky, Diego García y Geny Galo en las guitarras, Tito Dávila en los teclados y sus antiguos acompañantes desde 1998 José “Niño” Bruno en la batería y Candy “Caramelo” en el bajo, ambos recientemente en las filas de Fito & Fitipaldis. A excepción de Geny Galo (hermano de Candy “Caramelo”), el cual hizo las labores de guitarrista rítmico y corista durante este concierto, todos los demás músicos de la formación ya acompañaron a Calamaro durante la gira conjunta con Fito & Fitipaldis celebrada el pasado verano. Para mi gusto tres guitarras más la de Andrés fue un poco excesivo, y más para los que tuvimos la suerte de situarnos a pocos metros del escenario. En ocasiones el sonido resultaba un tanto ensordecedor y a mí personalmente me tardó en desaparecer el pitido de los oídos algo más de dos días. Por lo que respecta a Candy “Caramelo” y a “Niño” Bruno, para mí lo de esta pareja es algo digno de admiración. Yo no sé si habrá algún músico profesional que trabaje más que ellos en toda España. Lo mismo les da girar con Calamaro, que con hacerlo con Fito, que grabar discos con cualquier músico que requiera de sus servicios, que grabar discos en solitario. Me quito el sobrero ante ellos.
El aspecto y forma física de Andrés en la actualidad es realmente excepcional. Al verle dándolo todo con actitud macarra, a muchos se nos representó la imagen del Calamaro de mediados de los noventa durante su etapa en Los Rodríguez: ágil, fresco y con ganas de comerse el escenario. Precisamente de Los Rodríguez sería el siguiente tema en sonar, concretamente “A los ojos”, cuyo estribillo fue coreado a voz en grito por toda la audiencia. Tras él vendría “Carnaval de Brasil” y a continuación “Todavía una canción de amor”, el tema de Los Rodríguez compuesto por Joaquín Sabina, que prácticamente empalmaría con “Ok, perdón”. Tras este par de “revivals” intercalados con temas más recientes llegaría un bloque de canciones nuevas o revisadas compuesto por “5 minutos más (minibar)”, “La espuma de las orillas”, la versión rockabilly de “Elvis está vivo” registrada recientemente en el nuevo disco en solitario de Candy “Caramelo” y donde éste llevó la voz cantante, y “Lo que no existe más”, último tema de “La lengua popular” en sonar durante el concierto.
La frescura de Calamaro no era únicamente física y musical, también era mental. Además de dar las gracias a Barcelona constantemente, de estar encantado de tocar en un templo del rock como Razzmatazz y de agradecer la asistencia al concierto de algunos artistas catalanes como Loquillo y Manolo García, Andrés también tuvo tiempo para provocar algunas situaciones cómicas como por ejemplo un supuesto chiste sobre el 50 cumpleaños de Michael Jackson y algo relacionado con celebrarlo con el culo pegado en la pared (chiste que nadie entendió), o la interpretación “a cappella” de algunos versos del tema “Fiesta cerveza” de Pappo Napolitano, haciendo voz y contrabajo con la boca y gesticulando una especie de movimiento con las manos que podríamos denominar “air-contrabajo”.
A continuación llegaría la parte más melancólica y emotiva del concierto con temas como “El día de la mujer mundial”, “Los aviones”, los tangos “Jugar con fuego” y “Los mareados” (interpretados con el único acompañamiento del teclado de Tito Dávila) y el tema del Cuino Skornik “Estadio Azteca”. Tras ellos, la actuación recuperaría nuevamente el positivismo y sonarían canciones como “Te quiero igual” (con el “meddley” de “No woman, no cry” de Bob Marley al final) y “Loco” (con el “meddley” del tema “Corte de huracán” publicado en “El palacio de las flores” al final).
En una actuación de un artista como Andrés Calamaro, con tantísimos buenos temas en su repertorio, pasen las horas que pasen parece como si nunca fuese a acabar porque siempre queda algún tema clásico por escuchar. Después de más de medio concierto aún quedaban temas como “Todo lo demás”, “Crucifícame”, “Horarios esclavos”, “Crímenes perfectos”, “Me arde” y por supuesto “Flaca” y “Alta suciedad”, que fueron precisamente los que sonaron antes de que la banda se retirase a los camerinos pronunciando el típico “Hasta siempre, muchas gracias” de rigor. Entre uno y otro tema el argentino tuvo tiempo de darle un par de caladas a un canuto y hasta de ir a por el termo y la bombilla del mate. Este gesto fue aplaudido por los centenares de argentinos que había en la sala. Algún día tengo que encontrar donde se esconde la máquina de fabricar argentinos en Barcelona porque cuando hay algún concierto de Calamaro salen como las setas, todos ellos bien provistos con sus camisetas albicelestes y sus banderas soleadas, dificultando la visibilidad de la gente “normal” que va a un concierto a disfrutar de la música más que a reivindicar de forma absurda su nacionalidad o patriotismo.
Tras un pequeño descanso Calamaro y su banda volvían al escenario para interpretar el primer y único bis de la noche. Cargado con botellines de agua y un ramo de rosas blancas, Andrés fue lanzándolo todo a modo de obsequio hacia el público que, después de prácticamente dos horas y media de concierto, no podía estar más empapado en sudor. El “set” final fue realmente apoteósico y en él sonaron “Sin documentos”, “Canal 69” y “Paloma”, tema que supuso el broche final para un concierto que ninguno de los allí presentes podía haberse imaginado hace unos cuantos años. Hasta la hora de finalización del concierto fue perfecta, las 23:30 h., suficiente para poder coger el último metro.
En toda mi vida he visto a Andrés Calamaro en directo en siete ocasiones. En las seis anteriores, cuando no ha sido por una cosa ha sido por otra, pero ninguna de ellas acabó siendo una actuación redonda del todo. Quizás la de “El regreso” en el Palau Sant Jordi fue la que más se aproximó a la perfección si no llega a ser por la desastrosa acústica del recinto. Después del concierto del día 3 de Septiembre en la sala Razzmatazz y con la perspectiva que da el paso de algo más un mes desde su celebración hasta la redacción de esta crónica, no tengo ninguna duda a la hora de afirmar que éste fue el mejor de todos los que he visto por entrega, pasión, repertorio y banda acompañante. Esperemos que esta sea la tónica habitual en los conciertos de Andrés Calamaro a partir de ahora y que no se vuelva a desviar nunca más de la senda del rock.
El Artista Multimedia del Bajo Aragón
Estaba convencido de que no iba a asistir a este concierto. Después de la desagradable experiencia sufrida en el mes de Julio tras los conciertos de Lenny Kravitz y Ben Harper debido a la ausencia de transporte público pasadas las doce de la noche, juré no volver a asistir a un concierto que se celebrase en Barcelona en un día laborable. El de Calamaro iba a ser un miércoles día 3 de Septiembre, así que ni llegué a plantearme la posibilidad de comprar una entrada cuando estas salieron a la venta y traté de no pensar en si el concierto valdría la pena o no. El día 2 de Septiembre recibí la llamada de una amiga que me comunicaba que a la persona con la que ella iba a asistir al concierto del día siguiente le había surgido un imprevisto y me pedía si sería tan amable de acompañarle con la entrada de ésta. Cuando a uno le hacen este tipo de peticiones no tiene más remedio que aceptar, así que, sin comerlo ni beberlo, el día 3 de Septiembre me dispuse a acompañar a mi amiga a ver a Calamaro, eso sí, con la cartera llena de billetes por si tenía que volver a casa en taxi. Sinceramente he de decir que más que hacerle un favor yo a ella me lo hizo ella a mí, porque lo que presenciamos en la Razz ese día será difícil de olvidar y fue un broche de oro para mis extrañas aunque completas vacaciones estivales del 2008.
Durante la tarde del día 3 de Septiembre el calor y la humedad apenas dejaban respirar por las calles de Barcelona. Cualquier ambiente que no fuera el de un local cerrado con el aire acondicionado puesto a no más de 22 grados era prácticamente insufrible. Si a eso le sumamos las lamentables condiciones de refrigeración de la Sala Razzmatazz, famosa por las altas temperaturas que se alcanzan en los conciertos y fiestas que allí se celebran, la escasa ventilación y el calor humano que desprendían las 2.500 personas que colgaron el “No hay billetes” varias semanas antes del evento; cualquiera se puede imaginar que a menos de media hora del comienzo del concierto ya todo el mundo estaba empapado y abanicándose. No es que me haya equivocado en el subtítulo de la crónica, es que realmente más que una sala de conciertos aquello parecía mismamente una sauna con la única diferencia de que, en lugar de oler a eucaliptus, el ambiente olía a una mezcla de tabaco, marihuana cerveza y sudor.
En la entrada del concierto figuraba que a las 21:00 h. daría comienzo la actuación del artista invitado, siendo las 22:00 h. la hora prevista para la de Calamaro. La sorpresa fue cuando sobre las 21:35 h., sin que por allí pasase previamente ningún artista invitado, Andrés y su banda saltaban a escena. Con gafas de sol de policía americano y camiseta con el lema “Rock & Roll Circus” en el pecho, el cantante argentino ocupaba el centro del escenario dejando un par de rosas blancas sobre su atril engalanado con un calamar de peluche y se colgaba del hombro su eterna Fender Telecaster con el toro de Osborne en el golpeador. Tras jugar durante unos segundos en el mástil de la guitarra probando algún riff, Andrés y sus músicos acompañantes entonaban “a cappella” los primeros versos de “El salmón” para posteriormente dejar que las guitarras comenzaran a rugir y que el público de Barcelona comenzara a saltar. Sin apenas espacio entre una y otra canción, la banda continuaba con “Los chicos”, tema de su nuevo álbum muy propio para los primeros minutos de un concierto en el que se pretende levantar el ánimo del público cuanto antes mejor. Entre medio de la canción Andrés saludaba al público catalán con un “Bona nit Barcelona, volvemos como siempre con alegría y respeto”, y es que Andrés Calamaro siempre se ha declarado un amante de la Ciudad Condal y en ella ha tenido ocasión de brindar conciertos memorables. Tras tamaña descarga de energía rockera y con todo el público completamente revolucionado, le llegó el turno a algunos temas mucho más relajados como la versión en clave de cumbia de “Tuyo siempre” o el medio tiempo de “Mi gin tonic”, uno de los pocos temas de “La lengua popular” que interpretaría en toda la velada.
En esta ocasión la banda que acompañó a Andrés Calamaro estuvo compuesta por Julián Kanevsky, Diego García y Geny Galo en las guitarras, Tito Dávila en los teclados y sus antiguos acompañantes desde 1998 José “Niño” Bruno en la batería y Candy “Caramelo” en el bajo, ambos recientemente en las filas de Fito & Fitipaldis. A excepción de Geny Galo (hermano de Candy “Caramelo”), el cual hizo las labores de guitarrista rítmico y corista durante este concierto, todos los demás músicos de la formación ya acompañaron a Calamaro durante la gira conjunta con Fito & Fitipaldis celebrada el pasado verano. Para mi gusto tres guitarras más la de Andrés fue un poco excesivo, y más para los que tuvimos la suerte de situarnos a pocos metros del escenario. En ocasiones el sonido resultaba un tanto ensordecedor y a mí personalmente me tardó en desaparecer el pitido de los oídos algo más de dos días. Por lo que respecta a Candy “Caramelo” y a “Niño” Bruno, para mí lo de esta pareja es algo digno de admiración. Yo no sé si habrá algún músico profesional que trabaje más que ellos en toda España. Lo mismo les da girar con Calamaro, que con hacerlo con Fito, que grabar discos con cualquier músico que requiera de sus servicios, que grabar discos en solitario. Me quito el sobrero ante ellos.
El aspecto y forma física de Andrés en la actualidad es realmente excepcional. Al verle dándolo todo con actitud macarra, a muchos se nos representó la imagen del Calamaro de mediados de los noventa durante su etapa en Los Rodríguez: ágil, fresco y con ganas de comerse el escenario. Precisamente de Los Rodríguez sería el siguiente tema en sonar, concretamente “A los ojos”, cuyo estribillo fue coreado a voz en grito por toda la audiencia. Tras él vendría “Carnaval de Brasil” y a continuación “Todavía una canción de amor”, el tema de Los Rodríguez compuesto por Joaquín Sabina, que prácticamente empalmaría con “Ok, perdón”. Tras este par de “revivals” intercalados con temas más recientes llegaría un bloque de canciones nuevas o revisadas compuesto por “5 minutos más (minibar)”, “La espuma de las orillas”, la versión rockabilly de “Elvis está vivo” registrada recientemente en el nuevo disco en solitario de Candy “Caramelo” y donde éste llevó la voz cantante, y “Lo que no existe más”, último tema de “La lengua popular” en sonar durante el concierto.
La frescura de Calamaro no era únicamente física y musical, también era mental. Además de dar las gracias a Barcelona constantemente, de estar encantado de tocar en un templo del rock como Razzmatazz y de agradecer la asistencia al concierto de algunos artistas catalanes como Loquillo y Manolo García, Andrés también tuvo tiempo para provocar algunas situaciones cómicas como por ejemplo un supuesto chiste sobre el 50 cumpleaños de Michael Jackson y algo relacionado con celebrarlo con el culo pegado en la pared (chiste que nadie entendió), o la interpretación “a cappella” de algunos versos del tema “Fiesta cerveza” de Pappo Napolitano, haciendo voz y contrabajo con la boca y gesticulando una especie de movimiento con las manos que podríamos denominar “air-contrabajo”.
A continuación llegaría la parte más melancólica y emotiva del concierto con temas como “El día de la mujer mundial”, “Los aviones”, los tangos “Jugar con fuego” y “Los mareados” (interpretados con el único acompañamiento del teclado de Tito Dávila) y el tema del Cuino Skornik “Estadio Azteca”. Tras ellos, la actuación recuperaría nuevamente el positivismo y sonarían canciones como “Te quiero igual” (con el “meddley” de “No woman, no cry” de Bob Marley al final) y “Loco” (con el “meddley” del tema “Corte de huracán” publicado en “El palacio de las flores” al final).
En una actuación de un artista como Andrés Calamaro, con tantísimos buenos temas en su repertorio, pasen las horas que pasen parece como si nunca fuese a acabar porque siempre queda algún tema clásico por escuchar. Después de más de medio concierto aún quedaban temas como “Todo lo demás”, “Crucifícame”, “Horarios esclavos”, “Crímenes perfectos”, “Me arde” y por supuesto “Flaca” y “Alta suciedad”, que fueron precisamente los que sonaron antes de que la banda se retirase a los camerinos pronunciando el típico “Hasta siempre, muchas gracias” de rigor. Entre uno y otro tema el argentino tuvo tiempo de darle un par de caladas a un canuto y hasta de ir a por el termo y la bombilla del mate. Este gesto fue aplaudido por los centenares de argentinos que había en la sala. Algún día tengo que encontrar donde se esconde la máquina de fabricar argentinos en Barcelona porque cuando hay algún concierto de Calamaro salen como las setas, todos ellos bien provistos con sus camisetas albicelestes y sus banderas soleadas, dificultando la visibilidad de la gente “normal” que va a un concierto a disfrutar de la música más que a reivindicar de forma absurda su nacionalidad o patriotismo.
Tras un pequeño descanso Calamaro y su banda volvían al escenario para interpretar el primer y único bis de la noche. Cargado con botellines de agua y un ramo de rosas blancas, Andrés fue lanzándolo todo a modo de obsequio hacia el público que, después de prácticamente dos horas y media de concierto, no podía estar más empapado en sudor. El “set” final fue realmente apoteósico y en él sonaron “Sin documentos”, “Canal 69” y “Paloma”, tema que supuso el broche final para un concierto que ninguno de los allí presentes podía haberse imaginado hace unos cuantos años. Hasta la hora de finalización del concierto fue perfecta, las 23:30 h., suficiente para poder coger el último metro.
En toda mi vida he visto a Andrés Calamaro en directo en siete ocasiones. En las seis anteriores, cuando no ha sido por una cosa ha sido por otra, pero ninguna de ellas acabó siendo una actuación redonda del todo. Quizás la de “El regreso” en el Palau Sant Jordi fue la que más se aproximó a la perfección si no llega a ser por la desastrosa acústica del recinto. Después del concierto del día 3 de Septiembre en la sala Razzmatazz y con la perspectiva que da el paso de algo más un mes desde su celebración hasta la redacción de esta crónica, no tengo ninguna duda a la hora de afirmar que éste fue el mejor de todos los que he visto por entrega, pasión, repertorio y banda acompañante. Esperemos que esta sea la tónica habitual en los conciertos de Andrés Calamaro a partir de ahora y que no se vuelva a desviar nunca más de la senda del rock.
El Artista Multimedia del Bajo Aragón
miércoles, octubre 15, 2008
Lapido en La Caja de Música
Este miércoles no te pierdas La Caja de Música (22 horas), que puedes sintonizar a través del 100.9 FM en Granada o en la web de Radio Contadero.
Conversaremos con José Ignacio Lapido acerca de Cartografía, su último trabajo, que presentará el sábado en la sala El Tren de Granada.
Además, nos acompañará Jordi Vadell, autor del libro En cada lamento que se hace canción, un estudio técnico, riguroso e insólito en nuestro país sobre el mundo poético que encierran las letras del compositor granadino. El analista y el protagonista expondrán sus ideas esta noche en La Caja de Música.
Escucha el último programa, con los orígenes ‘garajeros’ de Alice Cooper, un poco de rock argentino y la charla con el cantante de Eskorzo, Tony Moreno, sobre los 20 años de la sala Planta Baja:
Conversaremos con José Ignacio Lapido acerca de Cartografía, su último trabajo, que presentará el sábado en la sala El Tren de Granada.
Además, nos acompañará Jordi Vadell, autor del libro En cada lamento que se hace canción, un estudio técnico, riguroso e insólito en nuestro país sobre el mundo poético que encierran las letras del compositor granadino. El analista y el protagonista expondrán sus ideas esta noche en La Caja de Música.
Escucha el último programa, con los orígenes ‘garajeros’ de Alice Cooper, un poco de rock argentino y la charla con el cantante de Eskorzo, Tony Moreno, sobre los 20 años de la sala Planta Baja:
miércoles, octubre 08, 2008
20 años de Planta Baja, en La Caja de Música
Este miércoles no te pierdas La Caja de Música (22 horas), que puedes sintonizar a través del 100.9 FM en Granada o en la web de Radio Contadero.
Como todos los años por estas fechas, Planta Baja inaugura la temporada con tres noches de puertas abiertas. En esta ocasión, la sala celebra 20 años como bastión cultural, en los que ha recibido a lo más granado de la música independiente nacional e internacional. Entre los días 9 y 11 de octubre, desfilarán por el escenario formaciones de la ciudad como Red Soul Community, Dorian Gray, Soul Suckers, Niños Mutantes o Lori Meyers.
La Caja de Música se anticipa a los festejos conversando con Tony Moreno, cantante de Eskorzo y uno de los propietarios del Planta.
Escucha el último programa, con Brian Wilson, el surf de Almería y entrevista a la productora granadina Microsurco:
Como todos los años por estas fechas, Planta Baja inaugura la temporada con tres noches de puertas abiertas. En esta ocasión, la sala celebra 20 años como bastión cultural, en los que ha recibido a lo más granado de la música independiente nacional e internacional. Entre los días 9 y 11 de octubre, desfilarán por el escenario formaciones de la ciudad como Red Soul Community, Dorian Gray, Soul Suckers, Niños Mutantes o Lori Meyers.
La Caja de Música se anticipa a los festejos conversando con Tony Moreno, cantante de Eskorzo y uno de los propietarios del Planta.
Escucha el último programa, con Brian Wilson, el surf de Almería y entrevista a la productora granadina Microsurco:
martes, octubre 07, 2008
Vicky Cristina Barcelona (Woody Allen) 2008
Después del revuelo que se montó hace cosa de un año en el centro de Barcelona cuando el equipo de Woody Allen vino a rodar a los lugares más característicos de la ciudad con Scarlett Johansson y compañía, era inconcebible que se estrenara esta película y no fuera a verla. A pesar de no ser un gran admirador de las películas de Woody Allen (ahora mismo no sé si he visto alguna además de ésta), la verdad es que me hacía gracia ver una producción cinematográfica rodada y ambientada en las calles de mi ciudad natal.
“Vicky Cristina Barcelona” trata sobre la delirante experiencia vivida por dos amigas estadounidenses de personalidades diametralmente opuestas durante sus vacaciones en la Ciudad Condal. Vicky (Rebecca Hall) es una mujer sensata, con las ideas muy claras y unos principios éticos y morales muy marcados, que viaja a Barcelona para terminar su tesis sobre la cultura catalana mientras su novio, un joven hombre de negocios (Chris Messina), le espera en Nueva York para casarse con ella y comprase un piso. Cristina (Scarlett Johansson) es todo lo contrario, una persona bohemia, emocionalmente inestable, sin oficio y sin beneficio, que acompaña a Vicky a Barcelona porque no tiene nada mejor que hacer. Las vidas de ambas cambiarán cuando conozcan a Juan Antonio Gonzalo (Javier Bardem), un pintor ovetense afincado en Barcelona que acaba de terminar de forma desastrosa su relación matrimonial con Maria Elena (Penélope Cruz).
En toda la historia (que no voy a contar) pueden verse tres choques o enfrentamientos que son básicos para la trama y que generan la mayoría de las situaciones humorísticas de la película. Por un lado están los caracteres antagónicos de Vicky y Cristina, el primero de ellos de corte conservador y el segundo totalmente liberal, independiente y anárquico. Por otro lado está la contraposición entre la sociedad capitalista, cómoda y segura a la vez que aburrida, y la vida bohemia, divertida y emocionante pero mucho más inestable e incluso en ocasiones peligrosa. Por ultimo está la convivencia entre la fría y práctica cultura americana y la temperamental cultura española.
Personalmente, de las cosas que más me han gustado de la película han sido los personajes de Penélope Cruz y Javier Bardem. Las discusiones entre ambos y los gritos de neurótica de Penélope Cruz me parecieron sencillamente geniales y totalmente creíbles además de cómicos. Seguro que el hecho de verla en versión original habrá ayudado a ello porque no me quiero ni imaginar cómo debe ser ver a Javier Bardem y a Penélope Cruz, dos actores con una voz tan característica, discutiendo con otras voces que no sean las suyas.
Dejando a un lado los aspectos puramente argumentales e interpretativos, la película es toda ella una verdadera guía turística de Barcelona. Cualquier extranjero que desee visitar Barcelona a partir de ahora, básicamente deberá hacer dos cosas: comprarse una guía Lonely Planet en cualquier librería y ver “Vicky Cristina Barcelona”. Se nota que el Ayuntamiento de la capital catalana ha soltado la gallina pero bien soltada.
Para acabar, decirle a todo aquel que haya visto el “trailer” y le atraiga ir a verla por presenciar a Javier Bardem y a Scarlett Johansson jincando, que se ahorre el esfuerzo porque la decepción puede ser mayúscula.
Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)
“Vicky Cristina Barcelona” trata sobre la delirante experiencia vivida por dos amigas estadounidenses de personalidades diametralmente opuestas durante sus vacaciones en la Ciudad Condal. Vicky (Rebecca Hall) es una mujer sensata, con las ideas muy claras y unos principios éticos y morales muy marcados, que viaja a Barcelona para terminar su tesis sobre la cultura catalana mientras su novio, un joven hombre de negocios (Chris Messina), le espera en Nueva York para casarse con ella y comprase un piso. Cristina (Scarlett Johansson) es todo lo contrario, una persona bohemia, emocionalmente inestable, sin oficio y sin beneficio, que acompaña a Vicky a Barcelona porque no tiene nada mejor que hacer. Las vidas de ambas cambiarán cuando conozcan a Juan Antonio Gonzalo (Javier Bardem), un pintor ovetense afincado en Barcelona que acaba de terminar de forma desastrosa su relación matrimonial con Maria Elena (Penélope Cruz).
En toda la historia (que no voy a contar) pueden verse tres choques o enfrentamientos que son básicos para la trama y que generan la mayoría de las situaciones humorísticas de la película. Por un lado están los caracteres antagónicos de Vicky y Cristina, el primero de ellos de corte conservador y el segundo totalmente liberal, independiente y anárquico. Por otro lado está la contraposición entre la sociedad capitalista, cómoda y segura a la vez que aburrida, y la vida bohemia, divertida y emocionante pero mucho más inestable e incluso en ocasiones peligrosa. Por ultimo está la convivencia entre la fría y práctica cultura americana y la temperamental cultura española.
Personalmente, de las cosas que más me han gustado de la película han sido los personajes de Penélope Cruz y Javier Bardem. Las discusiones entre ambos y los gritos de neurótica de Penélope Cruz me parecieron sencillamente geniales y totalmente creíbles además de cómicos. Seguro que el hecho de verla en versión original habrá ayudado a ello porque no me quiero ni imaginar cómo debe ser ver a Javier Bardem y a Penélope Cruz, dos actores con una voz tan característica, discutiendo con otras voces que no sean las suyas.
Dejando a un lado los aspectos puramente argumentales e interpretativos, la película es toda ella una verdadera guía turística de Barcelona. Cualquier extranjero que desee visitar Barcelona a partir de ahora, básicamente deberá hacer dos cosas: comprarse una guía Lonely Planet en cualquier librería y ver “Vicky Cristina Barcelona”. Se nota que el Ayuntamiento de la capital catalana ha soltado la gallina pero bien soltada.
Para acabar, decirle a todo aquel que haya visto el “trailer” y le atraiga ir a verla por presenciar a Javier Bardem y a Scarlett Johansson jincando, que se ahorre el esfuerzo porque la decepción puede ser mayúscula.
Rubén (El Artista Multimedia del Bajo Aragón)